viernes. 19.04.2024
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CÉDRIC VILLANI ESTUVO AQUÍ

Un matemático fuera de serie

Un matemático fuera de serie

Guanajuato, Gto. El conferencista llegó en punto para iniciar su charla. Antes, la gente del CIMAT se aseguró de que los micrófonos y el proyector funcionaran bien, con varias pruebas. 
Alto y delgado, vestido al estilo romántico, Cédric Villani comenzó por asegurarse de que su presentación estuviera disponible: The Living Art of Mathematics. El auditorio de la Universidad de Guanajuato estaba lleno. La conferencia sería en inglés.

El pelo un poco más corto que en el video, un poco de barba, pero el mismo tipo de atuendo, incluidas leontina, mancuernillas y su araña en la solapa. Agradable ver que disfruta de su propio estilo del que, dice, le ha ganado el mote de Lady Gaga de las matemáticas. En todo caso, es interesante verlo desentonar del estilo cimatiano.

02 Cedric y Gravity

La primera parte fue como un tour alrededor del maravilloso arte de las matemáticas y de su utilidad. Como Sheldon, y porque es necesario, comenzó por llevarnos a los orígenes griegos de las matemáticas, para dar sentido a su primer enunciado: matemáticas es la ciencia de la verdad y la demostración (al final, algún despistado de nombre Javier lo cuestionaría al respecto). Tales de Mileto, Pitágoras, Euclides, Arquímedes y Eratóstenes, y una breve semblanza de cada uno.
Luego, su iniciación en algunos tópicos de matemáticas, hacia los 10 años, a través de Donald en el país de las matemágicas (y recuerdo a los alumnos de la Ibero, del grupo al que renuncié en abril pasado, que se burlaron/quejaron de que los pusiera a ver esta "caricatura"). Se refirió a cómo se despierta una vocación, y a su fascinación con la música pitagórica y la razón dorada en la pintura, bellamente ilustrada en la Gioconda. 

Ahora, dijo, hay muchas publicaciones y eventos relacionados con matemáticas y arte. El punto, insistió, es que las matemáticas en sí mismas son un arte, y los matemáticos son artistas en algún grado. Siguió una muestra de obras de arte, en la arquitectura del edificio Louis Vuitton, del que dijo, requirió replantear el análisis estructural y desarrollar todas las ecuaciones que implica semejante obra.

Luego se refirió a Gravity y todas las matemáticas que la hicieron posible, creando una realidad virtual en la que se insertaron las imágenes de los actores. Y cómo se usan los algoritmos para crear objetos que parezcan reales. Las matemáticas son la poesía de la ciencia, dijo. Poetas y matemáticos creemos en el poder de la palabra y en la creación de mundos invisibles, añadió, citando la poesía de Lautréamont.

La utilidad de las matemáticas, por supuesto, fue un tema importante. Las matemáticas como profesión bien pagada (no en este país, creo), pero también a través de sus aplicaciones, en un espectro cada vez más amplio. Nos habló de la creación de relojes de alta precisión, y un poco de la historia detrás de ellos, de la aguja de Buffon, de la probabilidad y los que la fundamentaron, y de la curva normal. Esto último es una parte importante en su trabajo como investigador.
Siguió la parte más técnica: de su fascinación con la geometría del triángulo en su adolescencia, su ingreso a l’École Normale Supérieure (que junto con Princeton tiene el mayor número de premios en Matemáticas y no tiene nada en común con las escuelas normales superiores en México), el álgebra abstracta (su primer interés), y su dedicación a las ecuaciones diferenciales parciales, siguiendo la obra de Boltzmann sobre entropía. Surgen de ahí sus primeros trabajos publicados., que lo llevan a obtener los premios con los que ha sido galardonado, incluida la Medalla Fields.

000 Cedric final

Mostró imágenes de sí mismo, incluso en una revista de moda, y extractos de una película de sus manos trabajando en el pizarrón. Con eso terminó su presentación.
Vinieron las preguntas. La primera (a la que me referí al inicio), cuestionaba sobre el papel de la intuición en el trabajo del matemático, tomando en cuenta que Villani había declarado que "matemáticas es la ciencia de la verdad y la demostración". Villani es el director del Instituto Henry Poincaré, y la respuesta no podría ser otra que una cita del mismo Poincaré: C'est par la logique qu'on démontre, c'est par l'intuition qu'on invente (Es mediante la lógica que uno demuestra, es mediante la intuición que uno inventa). Sin comentarios, pues.

Otro preguntó sobre lo que lo hace feliz, comparando la supuesta felicidad de Darwin versus la de Boltzmann; respondió que lo hace feliz lo mismo que a todo el mundo: leer, ver películas, viajar, compartir. Dio algunos ejemplos entre risas. Y desacreditó las ideas sobre la felicidad o infelicidad de los científicos, en general.

A otra pregunta sobre la productividad de un matemático (o algo así), Villani respondió que en su calidad de editor de una revista de matemáticas estaba sorprendido de la calidad de artículos que se envían desde Asia, algo así como el 80% del total. Dijo que convendría bajarle a la presión y a ese afán por publicar (no en esas palabras exactas, cierto), y buscar calidad sobre cantidad. Pensé en el SNI, en el CONACYT, y en todas las instituciones uníversitarias que siguen teniendo como rasero el número de publicaciones en este año y en los pasados tres o cinco. 

La pregunta más chusca, para mi gusto, fue sobre la demostración de la consistencia en matemáticas. Villani respondió que si él se metiera a demostrar la consistencia, entonces sería algo más grande que Lady Gaga. Después de dos horas de charla yo ya no puse atención al detalle de la respuesta, pero el que interrogaba dijo secamente que eso era asunto de completez y no de consistencia. Villani se rió y dijo que seguramente esa era una pregunta que lo rebasaba. 

A mí me sigue divirtiendo la soberbia de algunos que deambulan en los alrededores de Guanajuato.