Es lo Cotidiano

Andamos en Catar • Día doce: Sigue el drama a tope • Fernando Cuevas

"mientras que la mayor sorpresa del certamen se consumó en la eliminación de uno de los grandes, además de una generación dorada"
Alemania
Alemania
Andamos en Catar • Día doce: Sigue el drama a tope • Fernando Cuevas

Japoneses y españoles en el pelotón E,  marroquíes y croatas en el grupo F, serán los contendientes para la fase subsiguiente, mientras que la mayor sorpresa del certamen se consumó en la eliminación de uno de los grandes, además de una generación dorada. 


Alemania: año cero

Especialistas en transiciones generacionales dentro de su fútbol, los alemanes han representado uno de los países más constantes y fructíferos de la historia de este deporte. Por ello, que hayan sido eliminados en primera fase por segundo Mundial consecutivo, puede considerarse la mayor sorpresa de los resultados de grupos en esta edición. Alemania salió siendo Alemania en el primer tiempo, dominando terrenos, sobre todo el costado derecho de ataque, y absorbiendo el balón para meter a Costa Rica en zona baja. Tras serios avisos, Gnarby puso el primero de cabeza al minuto 10 y tras una cierta reacción tica sobre todo hacia la media hora de partido, el marcador se pudo emparejar: no alcanzó para ello pero sí para generar confianza en los centroamericanos.

Cerca de los 15 minutos del complemento, esa motivación por fin se vio reflejada en el marcador cuando Tejeda logró el empate y ya encarrerados, siguieron presionando para forzar una autogol de Neuer a veinte minutos del final, posicionándose en zona de clasificación y por un momento también dejando fuera a los españoles, pronto desacreditada por el gol de Havertz al 73’ para emparejar una vez más el tanteador, si bien habían tenido al menos un par de claras opciones que saludaron los postes. Con el partido emparejado, ambos estaban fuera y esa idea pareció posarse como un mantra en el juego, que cayó en un pasmo hasta que ya más por no dejar, el propio Havertz marcó su segundo personal y Fullkrug anotó el cuarto para los germanos al 89’, ya sin festejo posible por la consumación del fracaso de una selección que no tiene mucha experiencia en el tema. Por su parte, Costa Rica resarció, en parte, su lamentable debut.

Los 11 samuráis

Lo sabemos: han resistido muchas veces los embates y cuando se trata de atacar, no se tientan el corazón. Japón tenía que vencer, en empresa que parecía imposible, a España, después de su sorpresivo debut y su decepcionante segundo partido. Los ibéricos se adueñaron de la primera parte, fieles a su costumbre: no parecían tener mayores problemas para controlar las acciones, pronto levantando la mano en el marcador con remate de cabeza de Morata a servicio de Azpilicueta. El guion estaba resultando demasiado predecible y la Furia Roja, no obstante ir adelante, seguí manteniendo la posesión y el peligro para acrecentar la ventaja. Los japoneses no lograban trascender al frente y se mantenían como secundarios en esta historia que no deparaba mayores giros de tuerca, aparentemente.

Pero un golpe muy pronto al inicio del segundo medio puso la trama en tono de angustia: error en la salida de Unai en medio de la confusión defensiva y Doan, que había entrado de cambio, aprovechó la circunstancia para mandar la pelota al fondo de la cabaña y así emparejar el cartón y sin dar mucho respiro, Mitoma centró una pelota que estaba entre dentro y fuera del campo para que Tanaka lo empujara ya estando prácticamente encima del arco. Los españoles se vieron apurados por el marcador que se estaba dando en el otro partido de su grupo y se lanzaron al frente como para conjurar cualquier sorpresa: no lograron nada por sí mismos, sino gracias a que los alemanes remontaron para, involuntariamente, darles el pase a la siguiente fase. De la España arrasadora que vimos en el primer partido, quedó poco y tendrán que recuperar la memoria inmediata, mientras que los 11 samuráis están con armadura bien puesta para lo que sigue.

Una de las revelaciones del torneo

Después de enfrentar a os dos equipos europeos del grupo y salir ileso, Marruecos redondeó su primera fase con actuación consistente ante Canadá, que en todo momento dejó la sensación de haber podido obtener mejores resultados. Muy pronto Hakim Ziyech aprovechó que el portero canadiense andaba de paseo tras equivocar un pase y con educado toque de pelota desde la distancia, concretó el primero para su causa. Aprovechando la confusión generada en el cuadro norteamericano, los africanos aplicaron una segunda dosis vía servicio largo de Hakim que En-Nesyri controló y culminó en las redes al 23’. Parecía que el asunto estaba resuelto desde temprano pero reaccionó bien el equipo de la hoja de maple y empujó al frente hasta que forzó un autogol de Aguerd, que desvió de manera desafortunadamente una pelota caliente en el área.

Para a segunda parte y conforme avanzaba el relojero, ambos equipos parecían bajar la intensidad hacia delante y mientras los marroquíes cuidaban su triunfo que les daba el liderato del grupo, los canadienses trataban de despedirse con algún punto en su casillero, tras brillar en la eliminatoria. Tuvieron una clara opción de empatar en un remate de cabeza que pegó en el travesaño y se dirigió directo a la línea de gol, lista para el contrarremate pero la pelota salió por arriba. Así se despidieron uno de los próximos anfitriones del Mundial, que tendrán tiempo para fortalecer esta selección que al menos clasificó y anotó, mientras que Marruecos se erige como una de las grandes sorpresas del torneo, siempre bienvenidas, y alcanza su logro de 1986, cuando también pasó de la fase de grupos.

Decepción belga

La selección de Bélgica, con su generación dorada ya en fase de madurez, se presentaba frente a la de Croacia, también con varios jugadores de experiencia, para buscar su pase a la siguiente fase mediante un triunfo, dada su derrota en la partido anterior. Pero los croatas salieron bien plantados, sabedores que el empate los ponía en situación de continuidad en el torneo. Una descolgada de De Bruyne que le dejó la pelota a Mertens para que rematara como venía, aunque la pelota se fue por arriba, antes del cuarto de hora de juego; después solo algunos centros sin mucha trascendencia. Modric movía los hilos croatas que cerca estuvieron de irse al frente tras la marcación de un penal que se echó para atrás por fuera de lugar microscópico. La primera parte se diluía y no había mucha claridad para el cuadro belga, necesitado de revolucionarse si quisiera aspirar a una mayor permanencia en el torneo.

Para la segunda mitad, Romelu Lukaku fue enviado al campo a pesar de no estar al 100%, considerando que para los Diablos Rojos no había más apuesta. Y tuvo el imponente delantero cuatro opciones de gol, tiro al poste incluido, pero no consiguió hacer la diferencia en términos cuantitativos, como tampoco los croatas, que también construyeron sus oportunidades con al menos un trío de disparos que reflejan capacidad de respuesta, por si hiciera falta. El tiempo se fue diluyendo para angustia de los belgas que veían no solo cómo acababa el partido, sino una generación de esas que no se dan en racimo: tendrán que mirar al futuro con el surgimiento de otros jugadores para estar al nivel de estos que terminan con las manos vacías, mientras que Croacia sigue adelante, haciendo valer su estatus de subcampeón del mundo.