jueves. 18.04.2024
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Andamos en Catar • Día nueve • Fernando Cuevas

"Dos partidos que resultaron vibrantes y de los que no se esperaban demasiadas cosas sacudieron temprano la jornada"
Andamos en Catar • Día nueve • Fernando Cuevas

Dos partidos que resultaron vibrantes y de los que no se esperaban demasiadas cosas sacudieron temprano la jornada, seguidos por triunfos de dos equipos que consiguieron su clasificación a la siguiente fase.

Espectacularidad inesperada 

Con sendas derrotas en su presentación, Camerún y Serbia se veían las caras en un partido que podría marcar la despedida definitiva para alguno, condimento que parece le dio mucho sabor al desarrollo de las acciones. Primero saludaron los serbios con una pelota en el poste y después los cameruneses aprovecharon un tiro de esquina con doble toque en el área para abrir el score cerca de la media hora, con firma de Castelleto. Empató de cabeza el equipo serbio en pelota parada vía Pavlovic y pronto lograron una recuperaron de balón en campo rival para darle la vuelta, tres minutos después, con disparo al filo del área de Milinkovic-Savic, justo cuando el primer medio se esfumaba y venciendo nuevamente la puerta del suplente Epassy, ante la salida de la concentración del portero Onana por diferencias con su entrenador.

El cierre trepidante del primer periodo continuó con su impulso para el cuadro europeo, llevándolo a anotar el tercero en lucidora jugada colectiva de Mitrovic, apenas cuando corrían diez minutos del complemento. No pasó mucho tiempo para que en tres minutos, como lo hicieran sus contrincantes en la primera parte, Aboubakar y Choupo-Motin le pusieran número a la casa para la causa de los africanos: el primero se encontró frente al portero y elevó el esférico con elegancia para el descuento, y el segundo solo tuvo que empujar la pelota en otra descolgada y así emparejar los cartones. Todavía pudieron los de blanco volver a romper el equilibrio en el tanteador pero el tiro salió cerca del arco rival. Uno de esos partidos que emergen en los mundiales de los que no se espera mucho y acaban entregando feria de goles y emociones para repartir con capacidad de revertir la lógica por parte de ambos.

Aprovechar los momentos

Con prácticamente todos sus jugadores desempeñándose en Europa, una Ghana enfundada en pulcro blanco jugó ante una rojísima Corea, creando un buen contraste de dos equipo que brindaron actuaciones de igual a igual en su debut, a pesar de enfrentar a sendos equipos superiores en el papel. Presión de los asiáticos en el amanecer con plena posesión de la pelota pero a partir de los 20 minutos los ghaneses se empezaron a sacudir la presión y a balón parado se fue arriba en el marcador con tanto de Salisu entre un amontonamiento que fue revisado por el VAR por una mano accidental. La confusión coreana fue aprovechada por el equipo africano para anotar el segundo en un centro apenas peinado por Kudus, con un portero atorado debajo de los tres palos. Señales de vida con un disparo que pasó ligeramente por arriba y otro desviado, fueron insuficientes para trascender en el marcador.

Seguía el estado de nebulosidad de los coreanos hasta que llegó un remate con la testa bien sacado por el arquero ghanés que terminó resultando premonitorio: en cuestión de tres minutos Cho Guesung aprovechó un par de servicios medidos para colocar sendos cabezazos y ponerlos en la red con media hora de juego por delante. Tanto esfuerzo derrochado en lograra la igualada para que en otra falla de la marca en el área coreana, Kudus repita la dosis y vuelva a mandar a su equipo al frente El equipo asiático volvió a buscar el empate con ahínco, lanzando un tiro libre sacado en emergencia y provocando otro salvamento en extremo; tras un bajón del vendaval pero con la esperanza intacta, volvieron a intentarlo hacia el final del partido, poniendo la pelota en el área y provocando que portero y defensas de blanco se multipliquen para conservar la ventaja ghanesa: gran partido con todo y desenlace dramático.

Solidez carioca

Brasil se presentó sin Neymar, su jugador estelar, con disposición inicial para ir hacia delante como es su eterna obligación. Generó algunas llegadas pero se fue apagando la presión conforme avanzaban los minutos, mientras que el equipo de Suiza no renunciaba del todo a ir al frente pero tampoco lo buscaba en forma particular. Ambos equipos con sus tres puntos en la bolsa producto de su debut, se daban cierto margen de jugar sin demasiada presión por el resultado, lo que provocaba que por momentos los europeos lograran nulificar las intentonas del gigante sudamericano que mostraba, a su vez, enorme solvencia en la contención y elevado nivel de control de riesgos en la lógica de la anticipación. Una centro venenoso, una clara para Vinicius y algún disparo lejano fueron las manifestaciones del ataque brasileño. 

La segunda mitad arrancó más o menos igual pero los de rojo adelantaban filas sin esperar demasiado tiempo, tratando que la pelota corriera no solo por los alrededores de su área. Lo estaban logrando de buena forma, emparejando el trámite a pesar de que los arribos seguían siendo en su puerta, cuando en una pelota disputada le llegó un servicio a Vinicius que definió con precisión pero el VAR se encargó de identificar un fuera de juego de Richarlison, que regresaba y que fue quien le dio el pase al delantero del Real Madrid. Vinieron los cambios de ambos cuadros a 15 del final y Casemiro apareció en el área para tirar con parte externa tras recibir esclarecedor servicio y anotar un gran gol, como si fuera delantero. Tuvieron otro par de opciones para aumentar el marcador, mientras que los suizos no hicieron un solo tiro a puerta. Tite abrazó y besó a su hijo en un gesto de alivio y emoción que impacta a la familia.

Triunfo clasificatorio

Apenas a los tres minutos, Cristiano mostró su técnica y le dejó una pelota con el hombro a Caravalho para que rematara a portería pero la pelota se fue desviada. Portugal tenía más la pelota y Uruguay se acoplaba a las circunstancia sin mucho problema, como si fuera una acuerdo tácito para que se desarrollara el trámite con la acostumbrada pierna fuerte. Los lusitanos merodeaban e inquietaban, dominaban y controlaban pero la más clara fue para los uruguayos en una incursión por el centro del amonestado Betancourt que se encontró frente al portero pero su disparo fue tapado por una buena salida de este. A partir de la media hora de partido, la cancha fue más utilizada por los dos equipos, sobre todo porque los sudamericanos lograron salir del reducto defensivo en el que habían habitado y pudieron asomaras a la puerta vecina.

Para la segunda parte, nuevamente fueron los ibéricos quienes tomaron la iniciativa y anunciaron presencia a los siete minutos con disparo que sacudió las redes por fuera y poco después Fernandes mandó un servicio al 54’ que se coló en la portería con complicidad del arquero, con todo y salto y festejo de Cristiano de por medio: el gol se concretaba en un momento clave del juego que impedía la cercana comodidad de asumir el empate como un buen acuerdo para ambas escuadras. La fuerza charrúa se manifestó entonces –ojalá hubiera sido desde antes- con varias llegadas incluyendo un disparo al poste y una aproximación de Suárez recién ingresado que estuvo cerca del empate en una media vuelta. No aprovecharon su momento de 15 minutos de asedio y se fueron diluyendo hacia el final, cuando el propio Fernandes anotó el segundo de penal ya en la compensación, lapso en el cual pudo haber caído el tercero.