viernes. 19.04.2024
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Andamos en Catar • Día cuatro: Triunfos contrastantes e igualada en calma • Fernando Cuevas

Andamos en Catar
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Andamos en Catar • Día cuatro: Triunfos contrastantes e igualada en calma • Fernando Cuevas

Empezamos con un empate poco prometedor y de ahí nos fuimos a la sorpresa del día, la goleada quizá del Mundial y una buena demostración futbolística donde no se cumplió el buen deseo de que gane el mejor.


Empate madrugador

En su calidad de subcampeón del mundo, Croacia debutó en el Mundial frente a Marruecos, equipo luchón que parecía no estar dispuesto a ceder nada a lo largo del partido: fueron ellos los que empezaron a buscar, por medio de ciertos remates, inquietar un poco el arco de enfrente, si bien faltaba una mayor disposición para incidir en zona de peligro. Por su parte, los croatas dependían demasiado de Modric y solo hasta el final de la primera parte, cuando vivieron sus mejores momentos del encuentro, consiguieron inquietar la puerta marroquí, sobre todo vía Viasic. El resto del tiempo vio cómo se sucedían faltas e interrupciones continuas que no ayudaban al flujo de las acciones, volviendo espeso el desarrollo de los minutos.

En la segunda parte, la tónica fue más o menos la mismo, pero con un cuadro presentándose con mayor frecuencia en la puerta de enfrente, incluyendo un disparo que pasó muy cerca de la escuadra, mientras que los croatas parecían sobrellevar demasiado el trámite y solo se acercaban con tiros de esquina al final desaprovechados. Los minutos se seguían escurriendo entre cambios y faltas e incluso en la recta final del partido, los norafricanos mostraron mayores ambiciones para romper el empate, provocando que los Vatreni administraran el resultado para sacar un punto y ver cómo se va desarrollando el grupo.Dos disparos a portería por equipo y una paridad que fue siendo negociada alternadamente, según la iniciativa del rival. Empate madrugador que acompañó la desmañanada de las 4:00 a. m. 
 

Cuándo la posesión no importa

Japón empezó con capacidad de recuperación y lance de latigazos al frente, generando inquietud en la puerta de Alemania, incluyendo un gol anulado logrado en cámara rápida. Cabezazo del gigantón Rüdiger en tiro de esquina y un disparo bien atajado fueron las llegadas teutonas en los primeros veinte minutos. La presión fue incremental y a los nipones ya les costaba más trabajo meter el acelerador al frente hasta que después de un par de llegadas, un discutible penal pasada la media hora y bien ejecutado por Gündogan, puso adelante a los europeos pasada la media hora de juego. Tuvieron alternativas los alemanes para ampliar el marcador pero extrañamente para su habitual contundencia fallaban en el momento justo, sentando las bases, sin saberlo claro, del clásico “el que perdona pierde”.

Fieles a su “gen” cultural, los japoneses salieron a luchar en el segundo periodo sin dar nada por perdido, lo que derivó en un movido despliegue de llegadas, sobre todo de los de blanco, que pudieron ampliar la ventaja en varias ocasiones, pero también dealgunas de los de azul, que usualmente se topaban con Rüdiger, cubriendo todo el sector bajo y hasta divirtiéndose en las persecuciones. Hubo duelo de porteros en un lapso, salvando a su arco ya cuando sus defensivas habían sido rebasadas, pero fue Doan quien aprovechó un rebote para conseguir un empate que se fue anunciando, no obstante que se percibía que el gol podría caer en cualquier portería. Y habría más: con un ángulo imposible, Takuma Asano le dio la voltereta al partido y el resto fue de intentos alemanes, que tampoco saben darse por vencidos, para empatar con todo y dramatismo escenificado por Neuer en el área rival. No solo de Arabia viven las campanadas. Partidos espejo: con un penal se va arriba el favorito, ya con títulos mundiales, y el rival asiático le da la vuelta inesperadamente con dos goles en poco tiempo.

Diferencia mayúscula 

Con su experiencia mundialista, el técnico Suárez mandó un planteamiento precavido de un 5-3-2 con una media retrasada por aquello de la presión de España, enfocada al inicio en el centro de la defensa de Costa Rica con Alba como elemento rompedor: el esquema se resquebrajó muy pronto y después deun primer aviso sobre la puerta de Navas, empezó la cruenta andanada. Olmo primero, Ascensio después y Torres de penal,horadaron la meta de los centroamericanos en media hora de partido, resolviendo desde entonces el trámite correspondientedada la ausencia de respuesta del equipo de enfrente. El resto de la primera mitad transcurrió con el intento de lanzarse hacia adelante sin mucha idea y convicción por parte del conjunto tico, en tanto los ibéricos parecía que cuando se lo propusieran, iban a crear peligro.

Para la segunda parte, que parecía ya un mero pendiente por resolver, Torres continuó la goleada al 54’, Gavy la incrementó con gran volea y ya sobre el final del partido, Soler se encargó del sexto y Morata, que entró de cambio, del séptimo, ante la resignación absoluta del adversario. En plena renovación, la Furia Roja pisa fuerte en su primer partido mundialista, a diferencia de anteriores ediciones, mientras que en su peor actuación en mundiales, los costarricenses se vieron extraviados en el campo, jugando desconcentrados y no lograron establecer una defensiva medianamente sólida ni una ofensiva que al menos disparara a puerta alguna vez. Necesitarán recurrir a su lema de Pura Vida para recuperar el ánimo y enfrentar sus otros dos encuentros. El partido más disparejo del torneo en marcador y desempeño, al momento.

Cuando no coincide el desempeño con el marcador

Una gran primera parte de Canadá enfrentando a Bélgica, uno de los conjuntos fuertes de Europa. Pero el desempeño no siempre se va al marcador y a pesar de generar varias ocasiones de gol, terminaron abajo en el marcador. Desde el silbatazo inicial, los de la flor de maple decidieron tomar el control y la iniciativa de su partido debut, tras 36 años de ausencia en el certamen, copando espacios y construyendo un juego elusivoque los llevó a tener varias oportunidades, incluyendo un penal que Courtois se encargó de conjurar para mantener el empate. Bélgica jugaba al pelotazo, estrategia extraña teniendo el nivel de jugadores en media cancha, hasta que uno de esos rindió frutos: Batshuayi recibió un servicio kilométrico que saltó a los defensas y concretó a quemarropa.

Los norteamericanos salieron con la misma convicción para ahora buscar el empate en un partido que no les había hecho del todo justicia, si bien fueron ellos los que fallaron en el momento decisivo. Los belgas, en tanto, se comportaban como esos equipos grandes que incluso van ganando cuando no juegan del todo bien. Hubo modificaciones por parte de los Diablos Rojos y el ímpetu canadiense fue disminuyendo conforme avanzaban los minutos; los cambios se tardaron en llegar y el equipo ya no fue tan punzante, si bien todavía tuvieron un par de oportunidades para igualar la pizarra, pero el gigante arquero enfundado en amarillo estaba decidido a no dejar pasar pelota alguna que llegara a zona de peligro. El partido se rompió, la cancha se hizo muy larga pero el marcador ya no se movió; paradójicamente, si no fuera por el triunfo, el equipo que debe pensar mucho más en hacer ajustes, es el belga.