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Crónica • La OSUG y un despertar de León • Enrike Romero Guzmán

Enrike Romero reseña un despertar de León con la OSUG

 

Crónica • La OSUG y un despertar de León • Enrike Romero Guzmán


La ciudad de León despierta paulatinamente de un largo sueño obligado por la pandemia, y con ello vuelve la vida cultural. Para contribuir a ésta, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, OSUG, en su 70 aniversario y como inicio de la temporada 2022, ofreció uno de sus primeros conciertos, rompiendo el silencio de varios meses en el Teatro del Bicentenario.

El pasado jueves 17 de febrero, la OSUG interpretó un repertorio del romanticismo clásico, comenzando con la Obertura-Fantasía Romeo y Julieta, de Tchaikovsky; las Cuatro últimas canciones (Vier letzte Lieder, en alemán), de Strauss, que interpretó impecable y con emotividad la soprano alemana Sarah Traubel; así como la célebre Primera Sinfonía, de Brahms, compositor alemán del romanticismo tardío, claramente influenciado por Beethoven.

Como recordamos, muchas de las actividades culturales, en vivo y en directo debieron ser canceladas por la pandemia de covid-19, afectando profundamente las actividades de músicos y los eventos presenciales. Lo interesante es que para este concierto la confianza se vio reflejada en la asistencia: todas las localidades vendidas, con un aforo del 80%

Poco a poco fue llegando la gente, alegre y esperanzada; familias acuden con confianza al primer concierto post-pandemia de la OSUG en el Teatro del Bicentenario, y esto se debe a que más del 60% de personas están completamente vacunadas y un 83% tienen al menos la primera dosis contra covid-19, según datos de Our World in Data y declaraciones del doctor Hugo López-Gatell.

Para ingresar al Teatro del Bicentenario y disfrutar del concierto continúan las medidas de seguridad que conocemos: uso de cubrebocas, desinfección de manos, toma de temperatura, suspensión del servicio de guardarropa y un cambio tecnológico interesante: el tradicional programa de mano impreso en papel es ahora un Código QR: la migración de lo analógico a lo digital se hace patente en la comunicación de la cultura.

Es de suma importancia que se abran los espacios públicos para la realización de eventos artísticos y culturales, que son alimento para el espíritu y parte de la salud mental y emocional, como lo demuestra un reciente estudio publicado en la revista Journal of Epidemiology and Community Health, del investigador noruego Koenraad Cuypers, quien ha demostrado que las actividades culturales mejoran la calidad de vida de quienes las practican. Cuypers nota sólo una pequeña e interesante diferencia entre ser espectador y ejecutante: los hombres que son espectadores presentaron un ligero aumento en los parámetros que indican “Mejora en la calidad de vida”, mientras que las mujeres presentaron ese aumento al ejecutar o realizar actividades artísticas y creativas.

El concierto de La OSUG incluyó obras aptas para todo público: románticas, cadenciosas, de escucha sencilla, emotivas y sentimentales, muy adecuadas al mes en que celebramos el amor y la amistad y también el regreso a la vida cultural.