viernes. 19.04.2024
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RESEÑA DE "STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA"

La fuerza despierta y desborda las salas de cine

La fuerza despierta y desborda las salas de cine


La espera terminó, el mejor secreto guardado de Disney llega a las salas de cine y está imparable, y reinician la franquicia para desquitar los 4,000 millones de dólares que pagaron hace dos años a su creador George Lucas.

En los últimos meses los cortos poco nos contaban, pero emocionaba hasta el tuétano saber que los viejos conocidos iban a estar ahí. Como bien dice Han Solo: “Chewbacca, estamos en casa”.

Y así es.

El director J.J. Abrams, fan declarado (y un fan sabe lo que otro quiere), logra hacer lo que en Star Trek (2009). Toma los elementos claves de la saga, los trata con respeto y hace que deslumbren en pantalla. Y entrega una película épica, llena de aventura.

Abrams unió fuerzas con los guionistas Lawrence Kasdan y Michael Arndt, quienes trataron con delicadeza una historia que provoca un fervor cuasi religioso. Un guión impecable, que reúne los elementos necesarios para que sea una historia conmovedora, graciosa y emocionante de principio a fin.

Si bien siguen la misma línea que el capítulo IV y las similitudes llegan a ser demasiado obvias, era inevitable que fuera de otra manera. Recordemos (aquí empiezan los spoilers) que los temas centrales de Star Wars son la familia y la fuerza interior que necesita ser descubierta; no había de otra que volver a las raíces.

Ha pasado tanto tiempo, que se cree que los nombres de Luke y Han Solo son sólo mitos. El Primer Orden emerge de la ruinas del Imperio. Tanto el Primer Orden como la Resistencia liderada por la princesa Leia (perdón, general Leia Organa) están en busca del desaparecido Luke Skywalker.

Como buena película de ciencia ficción se gesta una lucha entre el bien y el mal. Los buenos y los nuevos son liderados por el mejor piloto de la Resistencia, Poe Dameron (Oscar Isaac), que es el encargado de traer a Luke de vuelta, y que es acompañado por un encantador robot anaranjado llamado BB-8. Una valiente y poderosa Rey (Daisy Ridley), quien se oculta detrás de una chica trabajadora de un desierto chatarrero donde fue abandonada, y Finn (John Boyega) que como buen héroe niega que lo es: él sólo quiere escapar de su destino como Stormtrooper. Los chicos malos (y también nuevos) de la galaxia son: El líder supremo Snoke (Andy Serkis), digitalizado como villano estilo Pixar; su aprendiz Kylo Ren (Adam Driver), una clase de Darth Vader junior que tambalea entre las fuerzas, y el general Hux (Domnhall Gleeson),un dictador de miedo a quien no le tiembla la mano.

Los efectos visuales son los esperados de la manufactura de LucasFilm; no se pueden llamar innovadores pero cumplen. La fotografía es estupenda a manos del experto en filmes de ciencia ficción Daniel Mindel. El venerado John Williams es de encargado de musicalizar magistralmente las fantásticas escenas de esta entrega, así como todas las anteriores.

Algo para destacar son los personajes: están tan bien construidos que logran pasar la estafeta decorosamente a los encantadores Daisy Ridley y John Boyega para que puedan recorrer otros siete episodios más.

J.J. Abrams abraza este séptimo episodio, lo llena de encanto, ligereza y gracia a morir, y logra capturar la magia de los primeros tres episodios. Si bien es un producto con la etiqueta Disney bien puesta (es políticamente correcta), logra satisfacer a la legión de fans y sumar a las filas a nuevas generaciones hasta el fin de la galaxia.