sábado. 20.04.2024
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James Horner, la música de toda una vida

James Horner, la música de toda una vida

Leon, Gto. Como suele ser frecuente en el destino de los seres humanos, un imprevisto accidente aéreo arrebató la vida al compositor de música para cine James Horner, cuya aportación para la historia quedará en la composición hecha para la multipremiada película Titanic.

A pesar de que la obra del compositor californiano quedará indisolublemente ligada a la del cineasta canadiense y la del estadounidense Ron Howard, con quienes colaboró en las producciones Avatar, Cocoon, Apollo XIII, Willow, Aliens, el regreso, su producción fue lo suficientemente diversa, lo que augura su lugar en la memoria colectiva.

De entre la vasta producción que abarca desde 1979 hasta el año de su muerte, destacan sus aportaciones al cine fantástico, al que confirió un sentido operístico nada desdeñable, desde el terror de corte experimental de Wolfen, hasta su involucramiento en la saga de culto Star Trek, y La Ira de Khan, pasando por la joya clase B de magia y espada Krull.

De estilo grandielocuente, excesivamente orquestal y desenfrenado, el músico también cedió al compromiso, participando en modestas producciones independientes como Cristiada, no obstante su estatus de figura prominente en la industria.

En su largo currículo destacan las colaboraciones hechas para el cine de acción, dirigiendo la batuta en producciones míticas como 48 Horas de Walter Hill y la desopilante Commando, de Mark L. Lester, que ostenta el record de tiempo en pantalla para una película en las salas de León.

Su último trabajo de envergadura fue el relanzamiento del héroe de la Marvel, The Amazing Spider Man, dirigida por Marc Webb en el 2012. Ya había participado en el amanecer de las adaptaciones modernas al universo del comic, con la cinta The Rocketeer de Joe Johnston.