Mutek 2018 (II): Las mujeres toman el escenario
El autor reseña este festival
[Mutek 2018: 15 años de digitalizaciones artísticas I]
Como si se tratara de un buen acuerdo entre los tres países de América del Norte, talentosas artistas que le ponen además intuición femenina a la construcción de sus propuestas se dan cita en el festival. De Canadá, Estados Unidos y México, mujeres que nos sorprenden con sus puestas en escena o nos ponen a bailar sin previo aviso y, de paso, a entretejer junto con ellas ecosistemas de celebración, introspección o desconcierto, según el enfoque planteado. La indiferencia es imposible.
Atmósferas Canadienses
La oriunda de Toronto Edna King cuenta con formación clásica al piano y experiencia en participar dentro de la lógica de los grupos tecnopop. Decidió dar un golpe de timón y se involucró de lleno en el universo de la música electrónica con tintes experimentales, ahondando en la incertidumbre de otros mundos posibles. Grabó el EP Presurizze (2016), integrado por cuatro aventuras que van de proponer la interacción entre narrativas con ecos y notas mínimas (Dreams), a sumergir la reiteración en caminos que no se sabe a dónde nos llevan (Memo Me), pasando por un canto esperanzador (Tracing), la falsa dulzura al fin capturada (Wake Me Up) y las tímidas vocalizaciones y respiraciones dominadas por una fuerza imperceptible (Presurizze).
Myriam Bleau es una artista en busca de conexiones y vinculaciones que permitan la creación e innovación: se desarrolla entre la música –es multiinstrumentista- el arte digital, la instalación audiovisual y el performance. Desde Montreal, ha propuesto obras que integran diversos géneros musicales que forman interfaces con el mundo de las imágenes y de la propia representación efímera. Para el festival va a presentar Ballistics, un performance audiovisual que se basa en la ciencia ficción y en el misticismo (mutek.mx). Varios de sus originales trabajos se pueden disfrutar en vimeo o en su sitio de internet (http://myriambleau.com/) como Floating Points y Soft Revolvers.
Pistas Estadounidenses
Desde Brooklyn, donde inició por el 2010 a organizar raves caseros que fueron creciendo en presencia, intensidad y originalidad, la DJ y curadora sonora Aurora Halal invita a la pista de baile con intenciones abiertas y listas para ser interpretadas de manera libre: sus secuencias pueden provocar un amplio espectro de sensaciones que viajan de la euforia al trance y de regreso, deteniéndose en momentos catárticos y de reconfortante suavidad. Tras el sencillo Dance My Pain Away, representativo de la mencionada diversidad de motivos para mover cuerpos y emociones, grabó al lado de Daniel Martin-McCormick el disco corto The Day After (2014), bajo el nombre de Ital & Halal con la disquera Lovers Rock.
Continuando con su idea de sacudir a las multitudes con sus consolas pero ahora en plan solista, propuso un par de obras, a través de su compañía Mutual Dreaming Recordings, que consolidaron su sentido para crear sugerentes atmósferas que hacen inevitable experimentar la noción de movimiento: Passageway (2014) con cinco piezas bien secuenciadas que nos llevan a intentar innovar ciertos desplazamientos con todo y sus rupturas, y Shapeshifter (2015), en el que a través de sus seis cortes en efecto nos envuelve para distorsionar los sueños y poder cambiar de formas, seducidos por los ritmos en constante proceso de mutación. Volvió como dueto con Ital para presentar Tower B (2016).
Originaria de San Francisco, a donde regresaría para hacer buen ruido, crecida en Arizona y ahora asentada en Berlín, Avalon Emerson gusta de combinar tecno y house con ideas propias que paulatinamente ha ido desarrollando, con los referentes de sus propios ámbitos vitales y ciertas influencias, como mucha gente del circuito, del sonido de Detroit; a lo largo de sus sencillos y EP´s, juega con rítmicas identificables que nos levantan del asiento, pronto transformadas en pasajes de cierta ingravidez, como se confirma desde Pressure / Quoi (2014), su primera grabación palpable, a la que le siguió Church of Soma (2014), que además de un par de versiones de la tribal canción titular, incluye la enigmática Synagogue of Soma.
Con una mayor orientación tecno, entregó el sencillo Let Mo Love & Steal (2014) con Honest Ganster incluida, seguido en similar vertiente por Shtum 009 (2015), integrado por cuatro cortes (Constantly My Cure en dos versiones) que forman una especie de score para expresar distintos estados anímicos a partir del baile, solo o bien acompañado para dejarse llevar por la inquietante electricidad generada. Vendrían tres pistas insertadas en Whities 006 (2016) con The Frontier como track clave, Narcissus in Retrograde (2016), con cuatro lances en los que conjunta vertientes de los dos subgéneros habituales de la electrónica por los que desliza sus bytes (Tech House, como se le conoce) y Whities 013 (2017) intervenido con vibras trance. Este mismo año se aventuró a realizar un notable remix de Sugar for the Pill, la tristemente hermosa canción de Slowdive.
Oscuridades Mexicanas
La mexicana aterrizada en Nueva York Debit, bautizada como Delia Beatriz, ha incorporado la sangre latina que corre por sus chips musicales a los sonidos propios de la electrónica experimental con cercanía a un ambient que parece preferir la oscuridad y sus sorpresas por encima de la rítmica luminosa. Mostró sus dotes de mezcladora de altos vuelos en FADER Mix (2018), como a manera de preparar el EP Love Discipline (2018) y el largo Animus (2018), tendientes a la tenebrosidad que generan esos incisivos sonidos que difícilmente permiten entrar en algún tipo de calma y, si acaso ésta llegara, se provoca aún más tensión.
Por su parte, el dueto Bioluminik apuesta por la producción de espacios sonoros que remitan a hurgar en los secretos de territorios vastos, aprovechando el error y la ruptura como materia prima para sus creaciones audiovisuales: por momentos se siente estar habitando un planeta extraño, en el que todo parece premeditado pero en realidad es la casualidad la que manda, más que la causalidad. Formado por Liz Gómez e Ivonne Valdéz, el dueto de la Ciudad de México aprovecha con creatividad diversos recursos sonoros para edificar sus misteriosas y en ocasiones volátiles obras.
