viernes. 19.04.2024
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RESEÑA DE ‘CANTINFLAS’

¿DóNDE QUEDó EL DETALLE?

¿DóNDE QUEDó EL DETALLE?

★★☆☆☆

A mí las Biopics (películas biográficas) me rifan. Puedes ver a los más grandes personajes públicos ascender desde los más oscuros y profundos círculos del infierno, y ya encumbrados, sucumbir ante el poder y los más banales vicios.

Cantinflas (2014), segunda película del director mexicano Carlos del Amo (El fantástico mundo de Juan Orol, 2012), retrata la vida unos de los más emblemáticos personajes mexicanos, Mario Moreno “Cantinflas”. La historia base es sobre el interés que el productor norteamericano Michael Todd (Michael Imperioli) tenía en que “Cantinflas” estuviera en el film “La vuelta al mundo en ochenta días” (1956). Mientras Todd convence a Cantinflas (Óscar Jaenada), van metiendo trocitos de la vida del comediante, desde el inicio de su carrera en las carpas hasta su llegada triunfal a Hollywood.

La película termina siendo cursi y no creíble. Su guión es débil. Pareciera que con alguien querían quedar bien. Se queda en una zona de confort de flojera, donde dibujan a Cantinflas como un santo; reducen el que se supone un tórrido romance con Miroslava Stern (Ana Layevska) a tres escenas y un diálogo. Dejan a un lado el ascenso al poder y cómo Mario Moreno se convierte en parte de la máquina de Televisa.

Uno de los más grandes errores recae en que todo el tiempo estas viendo al cómico Cantinflas; nunca sale Mario Moreno a flote. La actuación de Óscar Jaenada queda en solo una caricatura bien hecha. Todo el casting es débil; el narrador nos tiene que decir quién es quién para no dejarnos en el desconcierto total. ¿En qué mundo paralelo Bárbara Mori es Liz Taylor? ¿Julio Bracho es Jorge Negrete? Ximena González la hace de María Félix y la actuación se reduce a levantar la ceja. No es que Ana Layevska sea fea, pero Miroslava era majestuosa, Diego Rivera (José Sefami), que era tan gigante (en altura) como sus murales, termina siendo chaparrito, un flojo Luis Gerardo Méndez interpretando al cuñado de Cantinflas, Estanislao Shilinsky.

El diseño de vestuario, el arte y maquillaje, tenían la época de oro del cine mexicano a su pies para expresarse en un festín de glamour, y terminan siendo caricaturizados también. La fotografía de Carlos Hidalgo sobresale en una producción en general pobre.

La música iba ganando algunos puntos, pero cuando Enrique Bunbury entra con “Vete de mí”, en lo que se supone la escena más fuerte de la película, todo se tornó en un absurdo. ¿Qué hace Bunbury cantando en una película de época? Ahí me cayó el veinte: ésta es una película de cuates. Pareciera que Carlos del Amo tomó su agenda y los llamó a para invitarlos a hacer la película. Si no es así, no entiendo cómo, teniendo la oportunidad de hacer la vida de un personaje tan interesante como Cantinflas, con una época tan bella como México en los años 50 del siglo XX y teniendo el dinero, lo reduces a un capitulo de el “Show de Cantinflas”, con resultados de una flojera impresionante. Para el colmo, se supone que es la mejor propuesta de México para mandar a competir por una nominación al Oscar como mejor película extranjera.

En fin, iban tres mexicanas al hilo que me gustaban. Siempre hay una excepción.

@_victoriaovando