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Reseña del Festival Corona Capital 2014

Reseña del Festival Corona Capital 2014

México, D.F. Todo terminó. Es hora de limpiar botas, guardar la pulseras que tanto nos quejamos pero serán memorabilia en unos 15 años,  hacer un inventario de las cosas que perdimos y que nos encantaban,  hacer cuentas y saber que las chelas costaron más que el boleto, arrepentirnos por salir corriendo en la tormenta para después saber que Jack White sí tocó.

Sábado 12 de octubre, primer día del festival


 

El día llegó. Después de seis meses de espera desde que se anunció el cartel, bajar del metro, entrar por la puerta 5 del Autódromo Hermanos Rodríguez y saber que estabas en la tierra prometida de los mejores exponentes de la música –porque algo se debe reconocer al Corona Capital: el cartel nunca desilusiona.

Todo era buenánimo: un poco de sol y humedad, selfies, flores en la cabeza, playeras de bandas, oír a Deafheaven a lo lejos dando la bienvenida a los primeros –de más de 85 mil- espectadores que nos daríamos cita ese día, nada podía salir mal.

La bienvenida la daban los puestos donde podías encontrar hasta lo inimaginable sobre las bandas presentes y hasta de The Smiths. Dos filtros de seguridad muy bien resguardados. Pasando eso, todo era campo de reconocimiento, todos con mapas impresos o en el iPhone tratando de resolver dónde carajos estaban, grupos enteros haciendo estrategias para saber a qué hora correr de extremo a extremo y alcanzar a ver, aunque fuera un rato, a las bandas que se cruzaban en los horarios.

Por la tarde los cuatro escenarios se iban llenando. En el Corona podías ver a Sean Lennon, hijo de John Lennon, con su banda The Ghost Of aSaber Tooth Tiger, entonado canciones de su más reciente álbum Midnight Sun. La lluvia comenzaba a caer pero de manera suave, permitiendo que el buen ánimo siguiera. Todavía faltaban ocho horas de festival (según el programa); lo mejor estaba por venir.

Cuando iba cayendo la noche y una fuerte lluvia, además de prender la Rueda de la Fortuna, sabíamos que era la hora de los estelares y eso significaba WEEZER.

La banda californiana era una de las más esperadas en el festival, con ese sonido donde las guitarras y los coros están en alguna parte de tu inconsciente. Iniciaron su participación a las 7:50 pm. Rivers Cuomo, vocalista de la banda, saludó a la gente con un “Hola México. Cuánto tiempo sin verlos”. Interpretaron canciones de su más reciente álbum Everything will be alright in the end, éxitos como: Hashpipe, Beverly Hills, Say it aint so, Buddy Holly, Go away. Por un momento todos nos olvidamos de la lluvia y frío, porque Rivers nos invitó a la Isla en el sol con la clásica Island in the sun, además de sorprendernos con el cover de Quién como tú, de Ana Gabriel.

Terminando Weezer en el escenario Doritos, se dio la bienvenida a la agrupación británica Massive Attack que lograron mantener el ánimo donde dejó Weezer, aunque la lluvia comenzaba a arreciar. A las 9:30 pm comenzó la presentación con Teardrop. Unas cuantas canciones después y en Paradise Circus la lluvia terminó, para dar paso a la tormenta eléctrica, lo que ocasionó que por motivos de seguridad se suspendiera la presentación.

La gente corría en masa hacia la salida. Se decía entre bambalinas que todo estaba suspendido, más no cancelado, y se reiniciaría en cuanto la tormenta pasara. Esto no llego a los oídos de las más de 60 mil personas que huyeron en un éxodo masivo, pero de la tierra prometida de la música hacia un refugio donde protegerse de la lluvia. Gran error cometieron los desertores, dado que la fila de salida avanzaba paso a paso pero se unieron a grito de ¡reembolso!, ¡reembolso!

Al final de la tormenta, con una lluvia ligera, se escuchó a lo lejos música, un buen presagio, así que algunos desertores volvieron corriendo hacia el escenario Corona, donde tres franjas paralelas blancas y una televisor antiguo calentaban motores, y esos símbolos sólo podían significar algo en este mundo … “Lazaretto”.

No fue fácil la llegada hacia donde Jack White prometía un concierto inolvidable. La tormenta dejo charcos impasables que llegaban a los tobillos, lodo por donde voltearas, pero aun con eso, todos queríamos llegar lo más cerca posible. Los “posers” salieron corriendo y sólo quedaron 20,000 almas que sólo esperaban un buen riff de guitarra para consumirse.

Con cuarenta minutos de retraso, a las 12:45 am, dio inicio el turno del hijo predilecto de Detroit: Jack White. Con pelo recortado y una banda de cinco integrantes, nos presentó temas de sus discos solistas y de sus bandas anteriores, por más de una hora. White se mostró agradecido con los asistentes que nos quedamos a pesar de la lluvia, nos pidió contar a nuestros familiares que había sido el mejor concierto de rock del año.

Con gusto, y sin tener qué mentir, lo afirmamos: ¡fue el mejor concierto de rock del año! Si no alguien explíqueme ¿Cómo es posible que después de 12 horas de jornada, lluvia, lodo, frío, cansancio, podías voltear y ver las sonrisas cómplices de los asistentes en cada movimiento de guitarra de Jack?

A la salida, y terminada la presentación de Jack White, podías ver en el escenario a los de MGMT. Unos 2 mil valientes todavía tenían ganas de seguir a pesar que ya era la 1:30 am.

Domingo 13 de octubre, segundo día del festival


La ciudad de México amaneció gris y con promesa de lluvia. Sabías que debías equiparte bien, con botas e impermeable. Nada iba a mejorar y seria lo mismo del primer día.

Pero no fue lo mismo. En la tierra prometida del rock habían quedado los estragos de la tormenta anterior y sabemos que a la luz del día todo se magnifica. Los charcos de la noche anterior se habían convertido en pequeñas lagunas y el lodo se sentía más resbaloso. Pero con boleto y chela en mano, ¿a quién le importa? Ya con ropa más acorde al clima que el día anterior, iban llegando los asistentes que agotaron las entradas del día, pero que por la ridícula cantidad de $2,500 podías encontrar en reventa –con la promesa que no eran boletos falsos como los demás-. Al fondo se escuchaban los texanos White Denim, el ambiente era bueno. ¿Y cómo no, si hoy era el día de Kasabian, Beck, Damon Albarn, Sky Ferreira, Kings of Leon y Lykke li?

Las horas trascurrieron y las bandas también (Young and Sick, Gareth Emery, Temples, Cashmere Cat, Belle & Sebastian, St. Vincent), para dar paso a la lluvia y al cartel fuerte, que tenía 40 minutos de retraso. La gente estaba ansiosa por ver a Kasabian. Poco a poco empezaron a llenar el escenario “Doritos” y no tardaron en mostrar con silbidos su molestia por el retraso. Después de una hora de lo prometido, la banda británica complació a sus fans con temas como Re-wired, Fir y Bumblebee por más de 45 minutos. Al terminar Kasabian su presentación, llego la hora de Foster the People, que fue bien recibido por el impaciente publico.

La presentación del genio detrás de Blur y Gorrillaz, Damon Albarn, era una de las más abarrotadas de la noche. En el escenario “Corona light” Albarn, vestido en mezclilla, abrió con Spitting out the demons, continuó con Lonely press play, Everyday robots, Tomorrow comes today, End of a century, El mañana, Clint Eastwood, Mr. Tembo, y finalizaron con Heavy seas of love, una mezcla de sus canciones de Gorrillaz, Blur y como solista.

El Claro Música Bizco Club fue el escenario para recibir a la cantante Sky Ferreira, quien puso a bailar a los asistentes con su ritmo electro-pop. En ese escenario también se presentó la indie-pop sueca Lykke Li, quien dio fin al festival con un escenario abarrotado.

“El güero”, como le gritaba la gente al cantante californiano Beck, después de veinte años sin presentarse en México y 50 minutos más tarde de lo programado, inició su actuación donde Loser fue la más coreada de la noche y con un espectacular cóver de Billie Jean de Michael Jackson, se podía escuchar a lo lejos a The Kooks.

Los sobrevalorados Kings of Leon fueron los más esperados. Pasada la media noche dieron inicio a supresentación ante más de 80 mil personas que corearon los himnos Use Somebody y Sex On Fire de la banda de los hermanos Followill. Entre el repertorio estaban también: Supersoaker, The Bucket, Close, Mi Amigo, Temple y Cold Desert con fallas de audio muy notables.

Así terminó el Festival Corona Capital 2014, demostrando que la juventud y el desmadre te hacen pasar por alto las cosas que de otra forma jamás permitirías. ¿Realmente a alguien le importa el lodo, cuando Jack White toca Seven Nation Army?

Sabemos que hubo cosas buenas como un cartel impresionante y seguridad. Cosas inevitables en festivales de esta magnitud como tormentas eléctricas, lodo y algunos retrasos por mal clima. Se sabe que hay cosas por mejorar como el manejo de las odiadas pulseras, y cosas imperdonables como revendedores haciendo negocio junto a un policía que voltea a otro lado.

Adiós Corona Capital 2014. Esperamos saber de ti en medio año.

Twitter: @_victoriaovando

Fotos Cortesía OCESA.