jueves. 18.04.2024
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ENTREVISTA

Roberto Mosqueda: Hacer danza contemporánea en serio

Roberto Mosqueda: Hacer danza contemporánea en serio

Por alguna razón no definida, de la misma manera que Atenas se convirtió hace tres mil años en el gran centro cultural cuna de los grandes artistas, escritores y filósofos autores de su época y padres de la cultura universal, León reúne condiciones que conjugan ánimos, voluntades y talentos para engendrar a creadores de nivel excepcional.

Roberto Mosqueda, joven actor, bailarín, coreógrafo y director, acaba de regresar de una residencia en Israel, como becario del MASA Dance Journey Programa y la Kibutz Contemporary Dance Company de ese país, a donde fue bajo los auspicios del Instituto Estatal de Cultura y el Instituto Cultural de León, como reconocimiento a sus proyectos Post Data y Sperantia.

También es director del taller de teatro corporal de la Universidad Iberoamericana y maestro de la compañía de danza del Tecnológico de Monterrey, campus León. Licenciado en Estudios Humanísticos y Sociales, por la Universidad de Monterrey.

Ahora comparte su historia con los lectores esloCotidiano, en una charla que lo muestra con la actitud creadora y sencilla de un gran ser humano que consolidó en sus estadías en por otras latitudes del mundo. De palabra fácil y estupendo humor, no aparecen en él actitudes ampulosas, sin ínfulas de grandeza y con sencillez conmovedora, como los verdaderos artistas.

En Mosqueda es evidente su gran talento, el cuerpo entrenado y elástico, la audacia escénica notable, que revelan años de disciplina, pasión y trabajo. La carrera profesional de Roberto es una prueba clara de que cuando alguien se propone alcanzar sus sueños, consolidar sus metas y trabaja con ahínco, cuando lo consigue traspasa fronteras.

Así este joven artista contemporáneo explica a esloCotidiano el origen de esa actitud de voluntad persistente que le ha llevado a merecer la admiración del público, pero también de sus maestros, compañeros y sus pares, y lo llevó a incursionar en un mundo lejano, hasta Medio Oriente, en Israel.

Nuestro artista concibió este sueño en el Festival Internacional Cervantino del 2010 al asistir a lo que recuerda como “un espectáculo fabuloso de danza Infra-Red”.

De ahí –dice- busqué la manera, los apoyos, y me apliqué para capacitarme acuciosamente en la residencia de formación dancística de entrenamiento y creación.

Habla de su residencia en el kibutz: “Me impactaron los bailarines, increíbles, fuertísimos, sobre todo me impresionó el hecho de que era una compañía en la que todos eran iguales, todos bailaban igual, con perfecta armonía y precisa coordinación...

Todos buenísimos, pero a la vez muy, muy, muy diferentes entre ellos. Cada uno con estilo personal y definido, personal su calidad de movimiento, su personalidad propia. Todo esto, estéticamente me impactó muchísimo, sobre todo el trabajo coreográfico de Rami Be'er.

Roberto llegó al kibutz de Ga’ton, al norte de Israel, cerca de la frontera con Líbano, donde se localiza la sede de la KCDC, con sus oficinas, instalaciones y estudios. La residencia ahí comenzó el 30 de agosto de 2012 y culminó el primero de julio de este año. Cuando recuerda, una sombra de rubor cruza por su frente y no puede evitar confiar a quien le entrevista: “Ay… hasta sentí nostalgia al acordarme…”

Con entusiasmo narra su acercamiento como figuras legendarias de la danza, como Rina Schenfeld, quien impartió dos talleres a los que asistió Roberto.

Con Rina Schenfeld uno entiende que la danza no es solo piernas arriba, saltos y piruetas. La danza es apasionante forma de creatividad, discurso, juego, interpretación. Esta maestra me mostró en profundidad la presencia escénica.

Shenfeld, recuerda Roberto, sometió a sus alumnos a geniales ejercicios de creatividad y les instruyó en uso de elementos como máscaras, bolsas de plástico, proyecciones de sombras, entre otras muchos secretos del foro”, afirma convencido el artista leonés y evoca:

Fue una brisa fresca recordar principios básicos de la interpretación escénica: jugar. La maestra Schenfeld fue alumna directa de Martha Graham –una de las precursoras de la danza contemporánea- y con la baronesa de Batsheva, fundadora de la Batsheva Dance Company.

Esta escuela marcó un estilo nuevo, cuando después de la Segunda Guerra Mundial y la crisis económica en Estados Unidos, la danza asumió su papel testimonial y escenificó la depresión y el aislamiento, reflejados en oscuras escenografías y vestuarios. Lo que definió el nuevo estilo de baile y fijó estándares que los grandes coreógrafos siguen actualmente.

Para Roberto otra gran experiencia fue trabajar con Eyal, su amigo, bailarín del kibutz. Con él y y otros 14 artistas de la residencia creó una pieza.

Él era nuestro coreógrafo, bailarín brillante, excelente; trabajamos no sólo la parte física, sino la fase interpretativa y mental de la coreografía; nos enfocamos para crear atmósferas especiales. Cuando la pusimos en escena el público quedó fuertemente impresionado, fue padrísimo. Además de que con él –Eyal--tuve una química de trabajo impresionante y establecimos una sólida amistad.”

Roberto Mosqueda define: “Mi trabajo tiene un por qué. Cada cosa lleva un simbolismo implícito; eso lo percibió otra gran maestra, Yamit Kalef, quien nos impartía ballet, entre otras personas, jajá  - –bromea".

Ella me decía que mi mayor virtud es la teatralidad y la calidad interpretativa que imprimo a mis trabajos.”

Puedo decir que regresé más que satisfecho, con muchas ganas de compartir mis conocimientos, de mostrar mi trabajo, seguir encontrando cosas nuevas y mantener mi esfuerzo de superación.

Quisiera que se diese la posibilidad de traer a León maestros de otras latitudes, elaborar un proyecto sostenible y móvil, una onda multidisciplinaria, con personajes de Europa… hacer algo chingón”, agrega emocionado.

Roberto lamenta que “por el momento, aquí en León desafortunadamente no ha surgido hasta ahora la coyuntura para esto. Por eso quiero que me den oportunidad de crear algo útil. Me siento seguro y con capacidad como para realizar algo de calidad internacional.”

Antes de despedirse comenta: “Hoy alguien me dijo: es que tienes una fuerza increíble. Eres fuerte como el metal y puedes ser suave como el agua. Eso es mi mayor satisfacción".