viernes. 19.04.2024
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Sigur Rós: de la épica de la tristeza al presagio del cuervo mágico

"Los miembros de Sigur Rós parecen empeñados en negar la existencia del sol, a pesar de ciertos destellos luminosos con vocal convencidamente etérea, que se asoman de tímida manera en su depresiva apuesta post-rock"
Sigur Rós
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Sigur Rós: de la épica de la tristeza al presagio del cuervo mágico


Si bien es cierto que la melancolía no conoce de temperaturas, la frialdad ambiental puede hacer de las suyas cuando los sentimientos se están yendo a pique. Originarios de Reykiavik, los miembros de Sigur Rós parecen empeñados en negar la existencia del sol, a pesar de ciertos destellos luminosos con vocal convencidamente etérea, que se asoman de tímida manera en su depresiva apuesta post-rock. La banda, que tomó el nombre de la hermana de uno de sus interantes, se conformó en 1994 por los adolescentes John Thor Birgisson (guitarra/vocal), después conocido como Jónsi), Georg Holm (bajo) y Agust Gunnarsson (batería).

Debutaron con la esperanza depositada en Von (1997), álbum que transita de un dream pop al despertar con apuntes de experimentación y electrónica irruptora, intervenida por ventiscas contenidas: este arranque mereció un remix conocido como Recycle Bin (1998). Para su siguiente entrega, el prematuramente consolidado Ágætis Byrjun (1999), algo así como Buen comienzo, se sumó Kjartan Sveinsson en los teclados, apoyando la creación de atmósferas saturadas de intensidad dramática y en el que rompieron el hielo nativo para darse a conocer en el mundo de tierra firme, como se adviert en Svefn-g-englar, Starálfur, Flugufrelsarinn y Ný batterí: de pronto, nos sentíamos como esos primeros exploradores del polo absorbidos por una helada belleza en la que las lágrimas no se atrevían ni a escaparse de los ojos, como se advierte en Olsen Olsen.

Para empezar el nuevo milenio, formaron equipo con Hilmar Örn Hilmarsson para grabar Angels of the Universe (2000), soundtrack del filme de Friðrik Þór Friðriksson sobre un joven artista que, tras ser cortado por su novia, cae en un ciclo de locura: los sonidos atmosféricos y las cuerdas apagadas acompañan con dolor el viaje de este hombre hacia la pérdida de la razón; se confabularon después con Steindór Andersen para grabar Rímur (2001), integrado por seis piezas que transcurren en poco más de 25 minutos de recitación con fondo musical de minimal y ritual acompañamiento, para después proponer su electrónica en estado ambient escuchada en el documental Hlemmur (2002).

Con la salida de Gunnarsson, reemplazado pronto por Orri Páll DýRason, grabaron ya con el reconocimiento de Radiohead, a quienes les abrieron algunos conciertos, el álbum ( ) (2002), desarrollado con lenguaje vocal propio y extremando su apuesta melancólica con lances cargados de dramatismo, si bien incorporando ciertas rendijas de ilusión con todo y coros, trompetas y un cuarteto de cuerdas que apuntala los estados de ánimo pretendidos y abre aún más los paréntesis, espacio para el que se desplieguen canciones como Untitled I ("Vaka"), Untitled IV ("Njósnavélin") y Untitled VIII ("Popplagið").

A partir de algunos pasajes enclavados en el postrock que mutan hacia la épica soterrada (Glósóli, por ejemplo), con presencia vocal más explícita y una mayor diversidad instrumental, presentaron Takk (2005), en el que la fantasmal blancura empezaba a encontrar algunas otras tonalidades casi a manera de agradecimiento: ahí está el piano descendente de Hoppípolla, para abrir la entrada de la emotividad vocal y ritmo entusiasta. Un álbum doble con algunas canciones nuevas y otras ya escuchadas, salió bajo el nombre de Hvarf-Heim (2007), mismo año que realizaron el documental Heima, en el que se muestra un recorrido por Islandia con algunas tocadas en sus territorios.

Með suð í eyrum við spilum endalaust (2008), que ha sido traducido como Con un zumbido en nuestros oídos jugamos eternamente, tuvo una orientación un poco más colorida, incorporando estructuras pop a su habitual sonido de glacial profundidad, tal como discurre en las abridoras Gobbldigook y Inní Mér Syngur Vitleysingur, así como en Festival. El filme Inni (2011), en tanto, recuperó las presentaciones finales del tour que el grupo realizó sobre el álbum. Anteriormente, habían entrado en un periodo de dificultades creativas y Jónsi se lanzó, en compañía de su novio Alex Somers, para producir Jónsi & Alex (2009), al que le siguió Go (2011), ya solo firmado por él; incluso el impulso alcanzó para colaborar con la canción Sticks and Stones, parte del soundrtack de la cinta animada Cómo entrenar a tu dragón.

Superado este bache y poniendo a funcionar la aplanadora, volvieron al ruedo con Valtari (2012), mirando hacia sus orígenes para viajar del tono intimista en ebullición a la grandilocuencia con tintes oscuros, expresada en piezas como Dauðalogn, Ekki Múkk y Fjögur Pianó. Sin darse y darnos mucho respiro, volvieron al estudio en tesituras con menor posibilidad de ver la luz en Kveikur (2013), álbum de activaciones lúgubres cuya canción titular refleja el enfoque de este álbum, ahondando en la niebla de una noche fría, más agreste que las revisitadas con anterioridad, tal como se manifiesta desde el inicio con Brennisteinn.

A estas alturas de su trayectoria, las composiciones con el sello de la casa se prestaban para ser aprovechadas por obras televisivas: así, aparecieron en series tan disímiles, aunque igualmente populares, como Los Simpsons y Juego de Tronos, además de colaborar justo a la medida con Somers para el episodio Hang the DJ de Black Mirror en el 2017, año en el que produjeron Route One, filme y disco relacionados con el festival de su tierra llamado Norður og Niður. Por su parte y como para no perder el ritmo, Jónsi y Somers trabajaron nuevamente juntos para producir el EP All Animals (2017).

De ahí se introdujeron al ambient onírico vía Liminal / Sleep (2019) y acompañaron un par de obras dancísticas con sendos soundtracks: Variatons on Darkness (2019), utilizada por la Compañía de Danza de su país, y 22º. Lunar Halo (2019) para una obra del coréografo taiwanés Tsung-Lung; posteriormente, se concentaron en realizar Odin's Raven Magic (2020), un muy emotivo trabajo orquestal y coral basado en un poema de Eddas, clásico de la literatura medieval isalndesa, junto con el compositor Hilmar Örn Hilmarsson, la violinista María Huld Markan Sigfúsdóttir y el cantante Steindór Andersen. Visitan nuestro cálido país durante estos días para traer un poco de frescura disfrazada de tristeza épica.