viernes. 19.04.2024
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Volver al Futuro

Volver al Futuro

El tiempo no ha sido particularmente benevolente con la saga de Terminator (James Cameron. 1984) ni con su Cyborg T-800, la máquina de exterminio de alta tecnología convertido al paso de los años en un modelo descontinuado y en ángel guardián de Sarah Connor, a contracorriente de su primigenia vocación de matarife.

Con cinco versiones de calidad a la baja y una fallida concepción televisiva, a estas alturas hasta se aprecia normal el desopilante tratamiento dado a la creación de varios universos apocalípticos por intervención nuclear de Skynet.

Con una gama de atmósferas que van desde la paráfrasis cristiana hasta el decantado pesimismo postnuclear, el último capítulo tiene el desparpajo de marearnos con la paradoja espacio-temporal y la mezcla indiscriminada de futuro, pasado y presente alternativos (en ese estricto orden), cuyas elucubraciones la aproximan a la comedia tipo Volver al Futuro (Robert Zemeckis. 1985), muy alejada de lo que fue el impresionante neo noir hiperviolento y de corte nihilista de la década de los ochentas.

Ya sin posibilidades de encontrar algún rasgo de originalidad, la anécdota ha sido cubierta desde diversos ángulos, en diferentes espacios geográficos o temporales y cuyo centro de atracción sigue dominando el cuestionamiento hacia la creación de la inteligencia artificial y un estado de paranoia latente por un futuro cataclísmico. Entonces, al director Alan Taylor no le ha quedado de otra que arrimarse a la parodia velada y el ejercicio del humor, convirtiendo a los antaño escarificados humanos, en caricaturas de sí mismos.

Éste es quizá el mejor chiste de la alivianada propuesta de Terminator Génesis: no tomarse las cosas demasiado en serio, obviar el pasado fatalista y dolorido de una humanidad sometida al exterminio e involucrar a Sarah, a Kyle y al cyborg en gags desternillantes. Lejos ha quedado también el detallismo sobre seres a los que ni el sueño les procuraba un ánimo esperanzador, con pesadillas recurrentes de un planeta devastado; futurismo que ya se insinuaba a través del deterioro urbanístico y ambiental de gigantescas plantas industriales como señales ominosas. Hoy estamos más bien en un disfuncional Silicon Valley que ignora las acciones de sus creaturas.

Las alegorías cristianas, por otra parte, han desaparecido completamente; incluso John Connor, el mítico redentor será abatido lo convertirán en el heraldo de la destrucción, un organismo cibernético de diseño indescriptible en su empaque interior, casi una calca de Ultrón, el genocida de ambiciones globales del comic de la Marvel, en un coqueteo al titanismo, la lucha del hombre contra la máquina.

Gran parte del impacto de la película tiene qué ver con su imaginativo juego de recrear el inicio del asunto. Deja sin aliento ver al T-800 de Cameron darse un tiro con el vetusto robot llamado apropiadamente “el abuelo” por una Sarah Connor de armas tomar. En un imprevisto cariz, la búsqueda de la comprensión de la condición humana a través de un reconocimiento de sus dudas y contradicciones inherentes, llevaran al abuelo a un proceso de sensibilización. Sin la contundencia de Robocop (Paul Verhoeven. 1987), es posible que el abuelo haya arañado un leve vestigio de humanidad.

En un mundo dominado por la tecnología, es sintomático el final de la odisea con un plano abierto de un paraíso lacustre, en la conclusión más optimista de todas las películas. Cualquiera pensaría que esta imagen es la resolución final de la guerra contra Skynet, pero la lógica interna (y los ánimos mercachifles) nos advierte que las cosas van por una línea temporal diametralmente opuesta. Y es muy probable el reinicio de las hostilidades en un futuro cercano.  

Terminator Genisys (Terminator Génesis)/ D: Alan Taylor/ G: Laeta Kalogridis y Patrick Lusier basados en los personajes de Jamen Cameron y Gale Anne Hurd/ F en C: Kramer Mongerthau/ E: Roger Barton/ M: Lorne Balfe/ Con: Arnold Schwarzenegger, Jason Clarke, Emilia Clarke, Jai Courtney, J.K. Simmons, Dayo Okeniyi, Matt Smith y Byung-hun Lee/ P: Paramount Pictures, Skydance Productions. EUA. 2015.