viernes. 19.04.2024
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Teníamos una sesión plenaria

Técnicamente, este jueves no hubo sesión plenaria de la Legislatura de Guanajuato. En su momento habían sonado los tres 'timbrazos' para convocar. Estaban –al parecer- todas las represesentaciones de grupos parlamentarios, el diputado Francisco Solano Flores –presidente de la mesa directiva- cubría todos los pasos protocolarios –si en algún lugar el protocolo es fondo, aquí está- y enumeró una lista de 20 puntos en el orden del día. Antes de someterlo a votación preguntó si alguno de los legisladores quería comentar algo, encontró silencio como respuesta e inició el conteo.

Teníamos una sesión plenaria

Entonces la diputada Yulma Rocha solicitó reiteradamente el uso de la palabra y Solano flores ofreció concedérsela cuando terminara la votación, pues el momento protocolario era otro.

Los legisladores terminaron de votar el orden del día, no hubo mayoría que lo aprobara –sólo 13 de 32 asistentes lo aprobaban-… y entonces dio por terminada la sesión. Los diputados abandonaron la sala del Pleno, fueron abordados por periodistas para que explicaran lo sucedido… y más o menos algo quedó claro.

Un día antes, la Junta de Gobierno y Coordinación Política de esta Legislatura había votado la propuesta de punto de acuerdo, para formar una Comisión Plural que diera seguimiento a investigaciones sobre presuntos actos de corrupción durante el gobierno de Juan Manuel Oliva. Los votos ponderados en la Junta de Gobierno terminaron empatados, por lo que se decidió llevar a una sesión plenaria la decisión respectiva.

El tema sería votado en su momento día jueves en la plenaria por los… sólo 17 diputados del PAN, pues la diputada Karla Alejandra Lanuza  se ausentó, informando formalmente y por escrito sobre su ausencia; ante los 15 sumados por PRI, PEVM Nueva Alianza, más los tres del PRD… ¿Dónde estaban los tres diputados del PRD?

¡Ah! Por eso fue que la diputada Yulma Rocha –del PRI- buscaba el uso de la palabra: para solicitar al presidente de la mesa directiva enterar a los legisladores del PRD, instalados en una oficina a unas puertas de distancia, de que la sesión plenaria había iniciado, para saber si querían integrarse al pleno pues, llegado el momento, sus tres votos serían decisivos para crear o no (en el desahogo del punto 20 del orden del día) esa Comisión Plural que diera seguimiento a las investigación del affaire presunta corrupción en el gobierno 2006-2012.

Y no. La presidencia de la mesa directiva defendió la correcta aplicación del protocolo, informó a la diputada que debía esperar para hacer uso la palabra, continuó sometiendo a votación el orden del día, éste no fue aprobado… y se dio por cerrada la sesión.

El resto de la historia está fragmentado en notas periodísticas que sobre el tema circularán en estos días: PRI, PEVM y Nueva Alianza exclamando que los diputados del PAN quieren defender a cualquier precio la administración estatal de Juan Manuel Oliva y su presunta corrupción; la mesa directiva –en manos del panista Francisco Solano Flores- defendiendo la justicia protocolaria al no permitir que Yulma Rocha hiciera uso de la palabra en ese momento, y el grupo parlamentario del PRD explicando, mediante los balbuceos a su alcance, esa ausencia con la que impidieron, por lo pronto, una votación para integrar -o no- la tan presente Comisión Plural.

Todo estaba en la normalidad