León, Gto. La cirrosis es una enfermedad crónica del hígado, es degenerativa ya que el tejido sano del hígado se va sustituyendo por un tejido de tipo cicatriz, por el cual dicho órgano se va poniendo tenso y deja de realizar las funciones que normalmente desempeña y que son muy importantes para el cuerpo humano, disminuye la circulación sanguínea y la producción de bilis, además de otras afecciones que terminan en consecuencias más graves.

“El hígado metaboliza las proteínas, carbohidratos, lípidos o grasas que consumimos, así como los medicamentos; además produce bilis, por lo tanto en un paciente con afección en el hígado llega a ser perjudicial la ingesta de medicamentos”, dijo la doctora Gabriela Moramay Salazar Rocha, directora de la Unidad de Medicina Familiar No. 56 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En nuestro país, la cirrosis es la causa de muerte número 12 a 15 en la población. Mencionó que las causas de la cirrosis son diversas, pero entre las más comunes se encuentra el alcoholismo, que produce este tipo de alteraciones en el hígado.

Otra de las causas, dijo, es la infección por virus de la hepatitis B y de la hepatitis C, que no es el que se contagia a través del contacto directo, sino por medio de la sangre o líquidos corporales.

Aunque menos comunes, aclaró, existen causas como alguna disfunción de las vías biliares posterior a alguna cirugía que se realiza a la hora de retirar la vesícula; también puede haber una causa genética, existen pacientes pediátricos con cirrosis. La toma prolongada de medicamentos tóxicos para el hígado también puede ocasionar afección hepática.

Existe la cirrosis hepática nutricional, que se presenta en pacientes con obesidad, diabéticos o hipertensos ya que desarrollan el llamado hígado graso que, al no ser tratado adecuadamente, en etapas avanzadas genera la cirrosis.

Al inicio, refirió la doctora Salazar Rocha, los síntomas son: disminución de peso, fatiga, palidez, en algunos pacientes se distinguen un tipo de “arañitas” por alteraciones en la coagulación, ojos amarillos e hinchazón de manos y pies.

En pacientes con mayor afección se presenta acumulación de líquido en el abdomen, várices en el esófago provocando vómito con sangre y alteraciones del estado mental, debido a una alta concentración de tóxicos que no son metabolizados por el hígado.

Generalmente se presenta en pacientes entre la cuarta y sexta década de la vida y en una relación de 3 a 2 en cuanto a hombres y mujeres se refiere. Una vez diagnosticado el padecimiento debe hacerse un chequeo personalizado del paciente y diseñarle un esquema de alimentación específico para limitar, en lo posible, las complicaciones.

Recomendó la funcionaria del IMSS evitar el alcoholismo y procurar una alimentación saludable a fin de no tener este tipo de afecciones, además de acudir a su Unidad de Medicina Familiar para revisiones periódicas y el control médico, mejorando la salud y la calidad de vida.