jueves. 18.04.2024
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Champions 2020 [IV]: La tradición se impone

"...apareció una sensación creciente: la cautela, quizá anunciando que se trataría de un partido de solo un gol..."
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Champions 2020 [IV]: La tradición se impone
Champions 2020 [IV]: La tradición se impone

Un duelo que enfrentaba a la apabullante eficacia del BayernMunich (BM) con la imprevisible dinámica del París Saint-Germain (PSG): los primeros, históricamente formando parte de la élite de clubes en el sentido institucional del término, en tanto los segundos, haciéndose un lugar poco a poco en la escena, más a partir de contrataciones espectaculares que juego de conjunto, contando en años recientes con una buena inyección de dinero. Dos entrenadores alemanes, uno bebiendo de la sólida tradición del fútbol germano y el otro, sentado en su hielera, con un poco más de tendencia latina, tanto en el tipo de trato hacia los jugadores como en su libertad táctica.

El BM sale desde el inicio a presionar en la zona alta y pone el juego en el terreno del PSG, sacudiéndose poco a poco la presión con base en igualar la intensidad y la sabida habilidad de sus jugadores para el trato de la pelota. Pasado el cuarto de hora se presentó Neymar en el área y justo apareció Neuer dos veces para evitar la caída, así como el poste en el que se estrelló el disparo de Lewandowskiante la estirada de Navas y el posterior disparo de Di María por encima del arco: el desarrollo del partido se empezó a abrir y las llegadas fueron más frecuentes, pero las figuras encargadas de las porterías solventaron las tribulaciones con la oportunidad acostumbrada.

Hacia el final de la primera parte el equipo alemán nuevamente tomó el control del balón y el cuadro francés lanzaba ciertas amenazas pero ambas medias encabezadas por Thiago y Marquinhos, respectivamente, hacían los recorridos justos para evitar despliegues demasiado peligrosos. En la segunda parte apareció una sensación creciente: la cautela, quizá anunciando que se trataría de un partido de solo un gol. Ante la presión en la salida de parte de los dos, se empezó a optar por los envíos largos, provocando posesiones cortas y poco precisas hasta que al 58’Coman, paradójicamente canterano del conjunto francés, aprovecha un buen centro y su soledad para rematar de cabeza y mandar al frente a los de rojo, quienes lejos de echarse para atrás, intentaron aprovechar el momento para finiquitar el trámite.

Cambios a veinte minutos del final cuando se advierte una reacción de los de azul en busca del ansiado empate. El ambiente de roce aumenta su nivel y las atinadas tarjetas amarillas son mostradas por el árbitro italiano, sabedor de cómo un partido se le puede ir al ahora hombre de amarillo. La tensión incrementa conforme se acerca el final, así como las imprecisiones y los dobles esfuerzos; todavía el PSG generó un par de opciones para llevar estirar el tiempo a los complementos pero el gigante arquero alemán decidió que la fiesta se acabaría pronto. Así fue: ganando sus once partidos en las fases decisivas con su delantero polaco logrando el triplete goleador (Liga, Copa y Champions), se consumó el sexto título para el BM en su historia. Para el PSG fue su mejor participación y ahora sí se les vio como un conjunto integrado.

Para pensarse si este formato de un minitorneo en una sola sede a un partido para disputar de los cuartos de final en adelante, puede ser una buena alternativa, tanto en términos de emoción meramente deportiva como de administración del cansancio de los jugadores, sobre todo cuando es año de Mundial e incluso de Eurocopa o Copa América. Un torneo que termina con el agradecimiento multilingüe estampado en las playeras de todos los equipos, dirigido a los héroes de la pandemia que cuidan y atienden a los enfermos, dignificando a nuestra especie y arriesgando su propia vida.