LIGUILLA GUARDIANES 2021 (PRIMERA)

Concluyó el torneo con claro dominio de los dos equipos capitalinos que juegan en el Azteca, mientras que el tercero y cuarto se quedaron a diez puntos del sublíder y entre el quinto y el décimo cuarto solo hubo seis puntos de diferencia, tal como suele suceder en nuestra liga, navegando entre el equilibrio y la irregularidad. Después de un repechaje que aportó una sorpresa (el pase del Toluca que venía a la baja sobre el León, que iba en ascenso), se definieron los ocho contendientes, quedando fuera dos habituales –León, UANL- y otro par de populares –Guadalajara, UNAM-, cediendo su lugar al Atlas y al Puebla, de larga tradición pero sufridos resultados, esta vez con una buena temporada regular. Así, sin felinos en el panorama, arrancó la esperada fase definitoria ya con algunos asientos de la tribuna ocupados por el respetable.

LA IDA DE LOS CUARTOS

Los locales ganaron. Los cuatro ubicados debajo en la tabla, lograron derrotar a los cuatro primeros lugares del torneo, confirmando que se trata de un torneo nuevo y que en nuestro fútbol casi cualquiera le gana al que sea, por más diferencia que se pudiera advertir en los respectivos desempeños previos. Irregularidad, mediocridad, equilibrio… lo cierto es que, a diferencia de otras ligas en el mundo, la nuestra tiene todo menos ser predecible, condición que mata cualquier tipo de emoción. Cierto, el torneo regular ofrece uno o dos partidos por jornada que valen la pena, pero la mayor parte de los enfrentamientos de la liguilla tienen su cuota de interés. Unas por otras, supongo. Por lo pronto, nada definitivo para la vuelta.

CUANDO EL DIABLO TE CONVENCE DE QUE NO EXISTE

Sin Rodríguez y Pineda de inicio, acaso con exceso de confianza y menospreciando al rival, el Cruz Azul visitó el infierno después de 19 sin perder y no poder romper la marca de puntos en la fase regular al ser empatado en su partido de cierre justo en el último minuto. El irregular conjunto del Toluca saltó a sus dominios como quien ya no tiene nada qué perder, mandando presión desde la salida, mientras la visita se iba acomodando entre los fuegos encendidos que parecían debilitarse conforme avanzaban los minutos, hasta que Canelo recibió un empujón en el área y él mismo rompió el cero antes de la media hora de partido. El empate merecido llegó pronto con gran disparo de Fernández y para la segunda parte, otra vez los de casa salieron atizando la hoguera y se fueron arriba vía Estrada, cobrando dudoso penal y motivando una reacción de los capitalinos que terminaron dominando pero sin poder emparejar el tanteador.

LA ASTUCIA DEL ZORRO

Los dos equipos revelación del torneo tuvieron su primer enfrentamiento en el estadio Jalisco, cargados de expectativas para seguir trascendiendo, a pesar de padecer sendas lesiones de jugadores clave en el transcurso del cotejo. El primer medio resultó equilibrado con una clara aproximación del Atlas que se quedó en el mundo del deber ser, mientras que el Puebla parecía, paradójicamente, tantearle el agua a los camotes para ver cómo proceder, sin renunciar al frente pero cuidando la espalda. Para la segunda mitad, los de Cocca se fueron adelante con gol de Torres, aprovechando una salida del rival y no exento de polémica por presunto fuera de lugar. Los comandados por Larcamón buscaron revertir la situación pero esta vez el entusiasmo y la vocación ofensiva no produjeron resultados y se fueron sin anotar como visitantes, perdiendo por una mínima diferencia que se puede maximizar en un instante.

VIENTOS DESESTABILIZADORES

Empezó mejor el América en la capital hidalguense, confirmando su condición de favorito frente a un Pachuca que de a poco se iba asentando en el estadio de su bella airosa ciudad. De hecho, fueron ellos quienes se adelantaron con sólido cabezazo de Aguirre, poco antes de media hora de agradable partido. Ya con un pie en el vestidor para el descanso, Suárez decretó el empate con buen disparo que puso el marcador en el radar de lo justo, según lo que se vio en el campo. Para la segunda parte, los de casa salieron con el ánimo intacto, lejos de verse afectados por el gol de último minuto. Pardo a los veinte minutos, mandó adelante a su equipo, aprovechando un buen desvío, mientras que Chávez, en tiempo repuesto por el apagón, clavó el tercero en la frente, capitalizando también la superioridad numérica, dada la expulsión de Aquino minutos antes. Todavía Ochoa salvó a su equipo del cuarto, gracias a una oportuna salida.

ESFORZADA VOLTERETA LAGUNERA

El conjunto del Santos salió con toda la fuerza para abrir lo más pronto posible el marcador, a sabiendas que un gol tempranero podría abrir el partido, tal como sucedió en el repechaje: no lo consiguió en primera instancia, a pesar de estar muy cerca, y fue el Monterrey quien se fue arriba con gol del holandés Janssen antes de llegar al ’20, atento al rebote que concedió el arquero de casa. El resto del primer medio nos regaló un dinamismo punzante en el que pudieron haber caído un par de anotaciones más, pero fue hasta el segundo tiempo cuando Aguirre encaró y sacó fuerte disparo con marcaje cercano para empatar el juego en los minutos iniciales. Diez minutos después vendría la voltereta por conducto de Preciado, empujando una pelota huérfana en el área; la media hora restante transcurrió con dos o tres llegadas de la visita que pusieron en entredicho la ventaja, al fin correspondiente a los anfitriones. Buen espectáculo en el norte del país.