Es lo Cotidiano

Futbol • Torneos continentales 2021 [II] • Fernando Cuevas

"El suceso del día fue sumamente impactante por cómo el jugador danés Christian Eriksen se desvaneció en el campo de juego, temiéndose lo peor.
Futbol • Torneos continentales 2021 [II] • Fernando Cuevas

TORNEOS CONTINENTALES 2021 (II)

En el segundo día de estos tiempos futboleros marcados por torneos de selecciones, se desarrollaron partidos en Europa, mientras que en América velan armas para arrancar su respectivo certamen. El suceso del día fue sumamente impactante por cómo el jugador danés Christian Eriksen se desvaneció en el campo de juego, temiéndose lo peor. Después de larguísimos minutos y un traslado al hospital, se supo que se encontraba fuera de peligro mortal.

EUROCOPA (II): SUFRIMIENTO EN CASA

Tres partidos en este segundo día de actividades, dos de los cuales estuvieron cerca de no poderse llevar a cabo por el gran desasosiego que provocó el desvanecimiento repentino de uno de los baluartes de la selección danesa.

VALIOSO PUNTO GALÉS

Suiza salió al campo del estadio Olímpico de Bakú con intención dominadora, confirmando su etiqueta de favorito; por su parte, Gales se refugiaba en la lógica de la espera y tras pasar el primer cuarto de hora, los helvéticos se adueñaron de la pelota, si bien los celtas tuvieron una llegada de peligro a través de un sólido frentazo bien salvado por el arquero. Disparos desviados y un lucidor taconazo fueron las claras señales de cómo prevaleció la estrategia suiza que por fin rindió frutos al inicio del segundo tiempo, gracias a un cabezazo del batallador Embolo, aprovechando un punzante tiro de esquina cobrado por Shaqiri.

El gol le hizo muy bien al partido y a los galeses en particular, que empezaron a empujar al frente, ahora convirtiéndose en los controladores del juego; en contraste, los suizos atrasaron líneas sin mucha necesidad, confiando demasiado en su ventaja y superioridad al momento. El esfuerzo de los del Reino Unido fue premiado y Moore emparejó el marcador con gran remate de cabeza a la distancia, a falta de poco más de quince minutos, en los cuales otra vez los de blanco retomaron el dominio equivocadamente cedido y buscaron nuevamente tener la ventaja: estuvieron cerca e incluso movieron las redes pero en posición adelantada.

DRAMA EN INVERNALIA

En Copenhague se vivió un partido cargado de angustia cercana a la tragedia. También de solidaridad y muestras de afecto, más allá de una rivalidad deportiva, rebasada por el deseo común para que un colega se recupere. Dinamarca asediaba cada vez con mayor continuidad y peligro el arco de Finlandia, jugando su primer partido en su historia en la Eurocopa y apenas resistiendo los embates de los de casa. Fue entonces cuando Christian Eriksen, el gran jugador de 29 años del Inter de Milán, regresó la pelota de un saque de banda y se desplomó en el campo; jugadores de ambos equipos pidieron con urgencia la entrada de la asistencia médica para atender al jugador que yacía inconsciente.

Terribles momentos se vivieron en el terreno de juego que, afortunadamente se acompañaron de acciones y estampas memorables por parte de todos los involucrados: la atención oportuna ante la emergencia del personal médico; los compañeros formando una barrera a su alrededor y los rivales atentos y preocupados; el capitán y el portero consolando a la esposa del jugador; el público de ambos países coreando nombre y apellido del jugador, entre rostros desencajados y llenos de lágrimas. La noticia tardó en llegar pero fue salvadora: Eriksen se encontraba estable y el mundo del fútbol recuperaba el aliento. Ambas selecciones acordaron, en consecuencia, llevar a cabo el segundo tiempo del encuentro, que ya parecía suspendido en definitiva.

Los daneses continuaron con la misma idea de la primera parte, conscientes de su mayor capacidad individual y colectiva y acaso con la preocupación todavía presente pero con el impulso de saber que su compañero se encontraba estable. Los finlandeses seguían aguantando con su línea de cinco al fondo y, de manera inesperada, consiguieron irse adelante con un cabezazo de Pohjanpalo al centro del arco: una llegada, un gol para los también conocidos como Búhos Reales. La media hora restante representó una búsqueda permanente del empate, incluyendo un penal fallado y un par de aproximaciones peligrosas. Un partido atípico en el que se vivieron momentos muy difíciles, de vida y muerte, y en el que perdió el favorito a pesar del claro dominio impuesto.

SOLIDEZ BELGA

Desafortunadamente para los rusos, les tocó iniciar como anfitriones de los belgas, candidatos al título. Y las diferencias entre ambos se pusieron de manifiesto en el ámbito de la resolución y practicidad, no obstante que la visita no contó con un par de sus principales jugadores. Pronto levantaron la mano y empezaron a controlar el partido ante un rival que intentaba equilibrar con base en entrega y lucha, pero frecuentemente en desventaja táctica. Corría el ‘10 de dominio y Lukaku aprovechó un error defensivo que lo dejó solo frente al portero para enviar la pelota a la portería y reflejar lo sucedido en el campo al momento, de paso dedicándole el gol a su compañero danés del Inter de Milán, cuya estela se volvió a presentar en un duro encontronazo entre Castagne y Kuzyáev, ambos retirados del campo a la media hora de juego.

Unos minutos más tarde, Meunier aprovechó un mal rechace para anotar el segundo tanto de Bélgica y poner el partido en un lugar más difícil para Rusia, que había experimentado una ligera reacción al verse abajo. La segunda parte se podía decantar hacia un proceso administrativo por parte de los belgas o a una feroz reacción de los rusos, habituados a momentos cuesta arriba: ocurrió lo primero, a pesar de que hubo mayor presencia en el área y una ligera mejoría en ataque de los eslavos. Pero  fue el propio Lukaku quien se encargó de ponerle sello definitivo al curso del partido con su segundo gol del día cerca del silbatazo final, aprovechando un prolongado servicio rompelíneas. Sin ser elusivo o entregar un estilo depurado, Bélgica pisó fuerte.