Yo no soy un homicida, y dentro de mis amigos no tengo ninguno que lo sea (al menos eso creo). Huelga decir que hasta el momento no me han asesinado, ya que eso es obvio. Ante la pregunta de qué es lo que sucede con este tipo de muertes, dadas las condiciones de violencia que se viven en el país, y dada la necesidad por identificar cómo han afectado éstas al entorno que corresponde a la ciudad de León, se realizó este esfuerzo. La visión de este artículo es la caracterización de los homicidios que se registran en el municipio de León a la luz de las estadísticas oficiales que presenta el INEGI. La fuente de la información es la consulta interactiva de la base de datos de muertes por homicidio, a la que puede accederse desde el sitio de este Instituto en el Internet.  La consulta fue realizada el día primero de marzo del 2013.

El homicidio es definido como la muerte de una persona debido a las lesiones ocasionadas por otra persona con intento de lesionar o matar, por cualquier medio.

La captación de los datos para las defunciones accidentales y violentas proviene de los registros de las agencias del Ministerio Público. Su periodicidad es anual y los resultados se presentan a nivel entidad federativa, municipio y localidad a partir de 1893.

Evolución en el tiempo

Dentro del periodo de tiempo analizado, se observa que en el total de homicidios desde 1990 hasta el 2004 se presentaba un comportamiento descendente; el valor pasó de 89 hasta 30, teniendo altibajos que llegaron hasta un máximo de 108 en el año 93. Después de este periodo, entre 2004 y 2007, se muestra un crecimiento ligero en la cifra para, a partir de 2007, tener una escalada que llega hasta 152 en el 2011. El incremento en el total de 1990 al 2011 equivale a un 171%, aunque una buena parte se suscitó del 2010 al 2011.

Contexto nacional y regional

Los homicidios registrados en Guanajuato representan el 2.3% del total de los homicidios del país. Comparando el porcentaje de participación del total estatal, se identifica que León participa con el 24.7% del total estatal, Celaya con el 15.6 % e Irapuato con un7.1 por ciento.

Comparando el total de homicidios sucedidos en León, respecto de los que se han suscitado en los principales municipios del estado, se puede observar que es en los últimos años cuando se ha separado la tendencia de León respecto de la de Celaya y de Irapuato; desde el 2002 y hasta el 2007 el total de homicidios en cada municipio era cercano, siendo a partir de este año que se han distanciado.

Comportamiento por sexo

De las 152 defunciones registradas por esta causa en León en el 2011, en un 94.1% la víctima fue un hombre, y en un 5.9% una mujer. Es en los hombres en donde se ha recrudecido la incidencia en los últimos 4 años, tal como lo muestra la siguiente gráfica:

Visto por edades, se puede afirmar que la mayor parte de las mujeres asesinadas en León en el 2011 tenían de 35 a 54 años, mientras que la mayor incidencia en los hombres se registra entre los 15 y los 34 años. Al cotejar la distribución etárea de los homicidios leoneses respecto de los que ocurren en la entidad, se observa una sobrerrepresentación de los leoneses de 25 a 29 años que murieron por esta situación.

Características de la defunción

Respecto al mes de ocurrencia del deceso, los valores estatales señalan que es en junio cuando se presentan los valores más elevados, y en enero los más bajos. En el municipio de León es en la mitad del año cuando suceden las mayores incidencias (mayo y junio), repitiéndose un periodo similar entre los meses de octubre a diciembre. Los valores más bajos se registran en marzo.

En relación con la causa de la muerte, se observa que son los objetos cortantes los principales seleccionados en la ejecución de la lesión, seguidos de las armas de fuego. Los lugares donde se ejecutan estas agresiones regularmente son en calles y carreteras.

Las horas en que más homicidios ocurren se concentran entre las 10 de la noche y las 3 de la mañana. Durante el día destacan las 11 de la mañana con el máximo de casos.

El estado civil de los difuntos se distribuye porcentualmente de la siguiente manera: 47% del total estaban solteros al momento del deceso, un 30 eran casados, 17 % estaban en unión libre, 4% estaba divorciado y el resto (2%) o era menor de 12 años o estaba viudo.

En relación con su condición de ocupación, 79% del grupo analizado trabajaba en el momento del deceso, un 12% no trabajaba y en un 8% de los casos no se dispone de información para acreditar tal condición.

Si se consideran solamente las 120 personas que trabajaban al momento de su defunción, y se indaga acerca de la actividad económica en la cual laboraban, destacan con un 40.8% los trabajadores de la industria de la transformación, con un 15.8% los trabajadores administrativos de nivel inferior y con un 14.2% los comerciantes, empleados de comercio y agentes de ventas.

Conclusión

Los homicidios representan un fenómeno diferenciado que no aqueja a todos los grupos sociales de una manera uniforme; aún con eso se puede determinar que el perfil del leonés que fallece por esta causa es el de un varón soltero y joven que trabaja en la industria de la transformación, que fue picado en alguna calle durante la noche de un mes de invierno. Este ejercicio puede desarrollarse para otras épocas y otros municipios, pero no servirá de nada si las autoridades responsables de la prevención del delito no toman cartas en el asunto.

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