martes. 23.04.2024
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RESEÑA DE LA PRIMERA JORNADA

'Quién se beneficia', tema central en inicio del congreso ICLEI

'Quién se beneficia', tema central en inicio del congreso ICLEI

¿Dónde vives?, ¿requiere de una mejora tu calle, tu espacio público, tu barrio o colonia o tu ciudad?, ¿quién es el responsable de realizar las mejoras de tu entorno?

León, Guanajuato. El miércoles 23 de abril dio inicio el IV Congreso Nacional de Obras y Servicios Públicos, organizado por el Consejo Internacional para las Iniciativas Ambientales, por sus siglas en inglés “ICLEI”, instaurando como tema central: “Infraestructura urbana: Adaptación a las nuevas necesidades de crecimiento y desarrollo”.

ICLEI, ONG reconocida como observadora oficial de Naciones Unidas, promueve la participación eficiente de los gobiernos locales por la sustentabilidad y actualmente cuenta con más de 1,400 miembros en todo el mundo. La agenda de temas que considera en sus programas se centra en: 1) Agua, 2) Cambio climático, 3) Desarrollo sustentable, 4) Eficiencia energética, 5) Energía renovable, 6) Gestión de residuos y 7) Transporte sustentable.

La celebración del Congreso, tiene como objetivo vincular a los especialistas, funcionarios de gobiernos locales, empresarios y representantes de agencias internacionales entre sí, para compartir los conocimientos, experiencias y buenas prácticas.

La infraestructura urbana representa los sistemas y las redes de organización y distribución de bienes y servicios que requiere cada centro de población. Tradicionalmente se comprende y atiende desde diversos enfoques como obra pública, servicios públicos, protección civil, eficiencia energética, energías renovables, cambio climático, residuos sólidos, mecanismos de financiamiento para gobiernos locales, entre otros.

Más allá de las obras y servicios, el reto de la infraestructura urbana es su reconocimiento como componente fundamental de un modelo holístico en la consolidación de ciudades sustentables.

El posicionamiento de la infraestructura no es casual. Responde a una de las dimensiones de la metodología propuesta recientemente por Naciones Unidas para medir el Índice de Prosperidad Urbana. Las dimensiones son: 1) Calidad de vida, 2) Equidad e inclusión social, 3) Desarrollo sustentable, 4) Productividad, e 5) Infraestructura.

En su participación, Tyler Palmer, gerente del departamento de obras públicas de la Ciudad de Moscow, Idaho y representante de la Asociación de Obras Públicas de Estados Unidos (APWA) propuso responder la siguiente pregunta en latín “Cui bono”, ¿Quién se beneficia? La pregunta detonadora, dirigida a las personas que trabajan en el sector público, fue motivo de identificar el valor del trabajo de cada funcionario de gobiernos locales para el bien de la comunidad. ¿Quién se beneficia por el trabajo que cada uno desempeña?

Respecto al sector público, expresó que a nadie conviene contar con un gobierno local débil y limitado en capacidad de gestión. El papel del gobierno local debe satisfacer las necesidades para el adecuado desarrollo de nuestras actividades cotidianas, abastecer de agua y alumbrado público, trasladarse con eficiencia en la ciudad, contar con áreas verdes, garantizar un manejo adecuado de residuos sólidos, etcétera.

La solución a las problemáticas locales son útiles para las soluciones de las problemáticas globales, motivo por el cual el ICLEI ayuda a las ciudades a ser sustentables, eficientes, con bajos emisiones de carbono, para construir una infraestructura inteligente y activar una economía verde en proyectos urbanos responsables con su entorno.

La buena práctica de la pequeña ciudad de Moscow, Idaho, cuya población es de aproximadamente 23,800 habitantes, se encuentra en el liderazgo obtenido por el programa denominado “EcoDriver”, diseñado con el apoyo de ICLEI, que hizo un trabajo previo para realizar un inventario de las fuentes que emitían gases de efecto invernadero, mediante el cual se estableció controlar y disminuir mediante un programa eficaz y sencilla. Actualmente el programa está en operación y tiene la garantía de ser evaluado con mecanismos e instrumentos válidos de medición, que facilitan un seguimiento y otorgan certidumbre al cumplimiento de reducir en 20% las emisiones de gases de efecto de invernadero en el año 2020, respecto a la medición base registrada en el 2005.

Horacio Guerrero, Director General del Instituto de Planeación, Estadística y Geografía del Estado de Guanajuato, reconoció en su participación, que en nuestra cultura nos cuesta trabajo definir metas, que en las consultas realizadas recientemente, un resultado que predomina es la falta de continuidad de programas, reconociendo las debilidades de la calidad de población que pueden esperarse en el futuro. Recordó que al fundar en el año 2000 la Red Mexicana de Ciudades hacia la Sustentabilidad, una cantidad importante de acciones que se visualizaban necesarias para alcanzar su objetivo, son ahora reconocidas como la nueva política federal de desarrollo urbano y vivienda, 14 años después, otro elemento más para preocuparnos sobre la cultura que soporta una ciudad sustentable.

Expuso que la mayoría de nuestras ciudades no fueron planeadas, diseñadas o construidas adecuadamente. Culturalmente, dijo, cuesta mucho trabajo aceptar y reconocer que vivimos en ciudades vulnerables, inequitativas, no competitivas, no funcionales e insostenibles.

Sobre las ciudades vulnerables por los efectos del cambio climático, Humberto de los Santos Bertruy, Presidente Municipal de Centro, Tabasco, expuso con claridad el valor de aprender de los errores y lecciones sufridas en las ciudades a causa del impacto de las inundaciones registradas en los últimos años en el sureste mexicano. Postura que fue ratificada por Yutsil Sangines, gerente de Mecanismos Sustentables, del INFONAVIT, quien afirmó que seguimos viviendo en ciudades vulnerables.

Planear la nueva infraestructura urbana debe integrar un balance óptimo y eficiente con factores ambientales, sociales y económicos, a pesar de que se siga observando posturas que tienen la tentación y recomiendan activar inversiones priorizando objetivos de uno de los tres componentes del concepto de desarrollo sustentable. Las instituciones financieras han ido mejorando sus reglas de operación para erradicar dichas tentaciones, y lograr carteras de proyectos sustentables debidamente balanceados en sus tres factores.

Todd Johnson, especialista senior de Energía del Banco Mundial, enfatizó en su participación que “la cultura, la congruencia y la práctica diaria son más relevantes que un congreso”, postura que posiciona y demuestra la importancia de la cultura observada por la sociedad civil y gobiernos locales. De nada sirve, dijo, reconocer errores y conocer buenas prácticas, si las decisiones locales son incongruentes con lo expuesto.

Así mismo, señaló que más allá de los gobiernos locales debe visualizarse a las ciudades sustentables como el logro de la coordinación de gobiernos locales, sociedad y empresas responsables.

Agregó que las inversiones de infraestructura pública deben destinarse a proyectos estratégicos de modelos urbanos sustentables y menos a vialidades de alto costo económico, alto impacto ambiental y poco beneficio social. El día que esté regulado el porcentaje de inversión de recursos públicos bajo este criterio, estaremos rompiendo los paradigmas que han prevalecido en el crecimiento anárquico urbano actual.

La cultura para evaluar, para hacer estrategias, para implementar proyectos, es sin duda uno de los factores de mayor valor identificado por los especialistas en el primer día del Congreso. La forma de invertir, planear, diseñar, construir infraestructura para nuestras ciudades, ¿es la correcta? ¿Nos beneficia adecuadamente?

Empecemos a evaluar para mejorar.