Guanajuato, Gto. Con la participación del gobernador Miguel Márquez y tres mil 843 ciudadanos, organizados en 115 contingentes, se realizó el tradicional desfile cívico militar, por el 203 aniversario de la Toma de la Alhóndiga de Granaditas a cargo del Ejército Insurgente.

El mandatario estatal destacó que esta conmemoración convoca a Guanajuato a redoblar esfuerzos y dar forma a una entidad con mayor bienestar y calidad de vida.

Afirmó que a más de dos siglos de estos acontecimientos, México demanda unidad y solidaridad, principalmente con los estados que sufrieron los embates de la naturaleza.

También consideró indispensable que se retomen los valores cívicos de la Patria y se honre todos los días a nuestro país con trabajo, empeño y dedicación.

Desde temprano, los contingentes se organizaron en el jardín Embajadoras, tanto de los trabajadores del estado como estudiantes, asociaciones civiles, clubes de servicio, ayuntamiento y organismos ciudadanos.

El acto cívico realizado en el monumento a la Bandera, erigido en 1949, fue encabezado por los tres poderes de gobierno, acompañados por el General de Brigada de Estado Mayor, Luis Fernando Orozco Sánchez, Comandante de la XVI Zona Militar y los presidentes municipales, representados por el alcalde de Guanajuato, Luis Fernando Gutiérrez Márquez.

Tras la lectura de la reseña histórica comenzó el desfile que recorrió el parque jardín de las Embajadoras, pasando por las calles Sangre de Cristo, Plazuela Allende, Plazuela del Ropero, Sopeña, Jardín Unión, Plaza de la Paz, avenida Juárez, Tepetapa, Pardo y Cantador.

Posteriormente, se realizó el encendido del Fuego Simbólico de la Libertad en la Alhóndiga de Granaditas, como llama que anima los valores mexicanos y la lucha por la igualdad de todos los pueblos.

El coronel Juan Antonio de Riaño y Bárcena eligió este lugar, el 28 de septiembre de 1810, como el edificio menos débil y de mayor ventaja en la ciudad, para resguardarse junto con 600 hombres del ataque enemigo, pero el ejército insurgente, encabezado por don Miguel Hidalgo y Costilla, atacó con hondas, garrotes, lanzas y fusiles.

Durante lo más reacio de aquel combate, cuando las fortificaciones de la ciudad habían sido destruidas y la fuerza de la caballería aniquilada, surge entre la multitud Juan José de los Reyes Martínez, “El Pípila”, con una poderosa losa sobre su espalda, para emprender la marcha agazapado y evitar el fuego y las piedras que enviaba el enemigo desde las alturas del recinto histórico. Él abrió paso hasta la puerta de la Alhóndiga y le prendió fuego. A partir de ese momento, la historia dio un vuelco a favor de los mexicanos.