miércoles. 24.04.2024
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Vinos mexicanos en tránsito a la sustentabilidad

La historia de Natalia y Mogor

Vinos mexicanos en tránsito a la sustentabilidad

Ensenada, Baja California. Romántico, lo califica. Sentada en la terraza de su casa, invadida por el intenso y diverso sonido de las aves, describe lo que ha definido como un proyecto de sustentabilidad de largo plazo para hacer agricultura en una zona de sequía.

Para llegar a la casa de Natalia Badán, en el rancho El Mogor, es necesario recorrer 23 kilómetros desde la ciudad de Ensenada hasta San Antonio de las Minas, una de las delegaciones municipales que forman parte del Valle de Guadalupe, conocido por su producción vitivinícola.

El Mogor es una pequeña vinícola que cuenta con cinco hectáreas para el cultivo de vid, en la que gradualmente han implementado acciones para retribuir lo que extraen del ambiente.

El romance de Natalia con la sustentabilidad no es fortuito. El acuífero Guadalupe es la única fuente de agua para las tres mil 725 hectáreas de cultivo que en 2015 contabilizó la Secretaría de Desarrollo Agropecuario de Baja California (Sedagro), de las cuales, dos mil 160 hectáreas se destinan al cultivo de vid.

Especialistas del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) han concluido que, como resultado de una extracción mayor al nivel de recarga, sumado a periodos prolongados de estiaje en la región, el acuífero Guadalupe se encuentra en estado de sobreexplotación.