El discurso tiene numerosas pieles y manifestaciones. Al estar rodeados de signos y símbolos nuestros sentidos y nuestro intelecto luchan por organizar los mensajes, por encontrar su decodificación primera y sus diversas connotaciones y el sentido que llegan a adquirir en el torrente de la vida interior y de la vida social. El lenguaje nos permite estructurarnos frente al mundo y en el mundo, nos permite salirnos de él y volver a él. La lucha entre los hombres por imponer su óptica y por sacar ventaja de otros hombres y también la irrenunciable tarea de llevar la posibilidad de entender mejor el mundo hacen que el hombre de la calle esté rodeado de redes de mensajes, estímulos para vivir de determinada manera, trajes para pasearse por la existencia. De allí que el discurso, el producto del lenguaje, esté allí, reptando, caminando, volando, bien como forma de satisfacer los impulsos y aceptar un código, bien como vehículo de transformación de nosotros y de nuestro entorno.

Tachas cede la palabra a Aideé Marcia Orozco Mendoza, Olga González Esquivel e Ivonne Yazmín de la Torre Cháirez para que desde su perspectiva de docentes y mujeres contemporáneas, dialogando con la obra de Teun A. Van Dijk, nos compartan su visión del discurso como forma y como función, como estructura lingüística y cognitiva y social, como práctica del poder, del racismo y de la vida descuadrada de nuestro país, así como de sus contravalores desde los ideales y desde las prácticas discursivas y vitales de los grupos marginales. Ya lo dijo Foucault: el poder vigila, pero también puede ser vigilado, el exceso se da, pero la sociedad tiene la facultad de exhibir y sancionar.

En poesía entregamos dos poemas de Aimé Césaire, el poeta de la negritud, de los marginados, de la voz poderosa que surge de la raza oprimida y se manifiesta como discurso y como presencia imprescindible entre los hombres.

Filiberto García nos narra la diferencia entre un lenguaje que es pretexto y ventana, mensaje de auxilio para que el otro ayude y la palabra que es sagrada y en ella se va la vida.

Lauro Arteaga Muro nos entrega un discurso en donde visita la muerte, la contrasta con la vida y rememora la gran decisión en que escogió quedarse.

Jesús Madrigal nos convence de que los átomos han llegado (para quedarse) al cine y Mónica Muñoz Muñoz expone el pensamiento complejo de Edgar Morin, otra manera de abordar la realidad a partir de la expulsión de las formas simples y tranquilizadoras de entender la vida.

Olivia González Esparza encuentra un discurso pedagógico en la película El discurso del Rey y Matilde Hernández Solís nos habla de traducción y traducidos.

Y, como siempre, en el Viborero encontrará una posible compañía y alternativas para pensar en el discurso.