sábado. 20.04.2024
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UN RATITO DE TENMEALLÁ

Del amor puro y otras de-Macías

Jesús Gibrán Alvarado Torres

Tachas 07
Tachas 07
Del amor puro y otras de-Macías

Macías por los senderos íbase diciendo que
De mala ventura es el hombre que se fía de mujer,
Y que tenga amor el que lo quiera que gran pena
Sufrirá, y que malhaya los que en sus trovas cantan

Que el amor es buena voluntad
Juan José Macías, La meiga y el trovador

El amor es un concepto que puede ser descrito según el punto de vista de quien lo aborde; causa de los más variados estados de ánimo, acciones y pensamientos, todo esto es originado por el hijo de Venus y Marte. Desde antaño se ha tratado de definir, pero hasta hoy se diría que es imposible, cada persona lo vive a su modo. Una de las que podríamos definir como “variantes” de ese amor es el amor cortés, donde el poeta es vasallo de la dama, está a su merced, se sabe alejado de la posesión de su amada, y el sufrimiento es un aliciente para enardecer la llama que crece en el corazón del amante. En esta reseña hablaremos del amor puro dotado de sufrimiento gozoso, de las paradojas de la des-posesión carnal y del regocijo de la lectura de una novela que redescubre las andanzas medievales de un poeta.    

Para lectores asiduos a la narrativa caballeresca, los amores desdichados, magia, vida de palacio, batallas y votos de fe; para adeptos a la poesía trovadoresca, el amor cortés y las féminas; para seguidores de la picardía narrativa que desdobla en lo erótico del lenguaje la naturaleza humana y sus deslices frente al dogma y la moral establecida. No se habla de algún libro de la Edad Media, sino de un texto contemporáneo del escritor zacatecano Juan José Macías, La meiga y el trovador. Historia nueva y verdadera del poeta bajomedieval Macías el enamorado. Novela sobre el amor puro, (México, 2012, Taberna libraria editores, 326 pp.), novela que entre sus páginas alberga una realidad urdida en un lenguaje símil al castellano antiguo, muestra del trabajo del autor por recrear el contexto con mayor acierto.

1. Del amor puro

El texto se divide en 3 libros (historia de doña Arminda, historia de María de Albornoz e historia de doña Elvira de Aragón), las andanzas de Macías estarán destinadas por las tres mujeres, que serán vía para llegar a su ideal de amor puro, el cual se verá supeditado, al final de la obra, al placer carnal y la muerte (quizá el verdadero amor puro), debido a los acontecimientos que rodean al trovador, sus introspecciones y soliloquios, los infortunios de su vida y a la maldición de la que será acreedor después de alejarse de una de estas damas, féminas que se enamorarán —lo llenarán—, pero a su vez lo irán vaciando poco a poco hasta terminar con él, el enamorado, como todo buen trovador, irá hasta las últimas consecuencias por el amor a una dama.

Cada fémina juega su papel, doña Arminda será la piedra angular para las desdichas de Macías, en el primer apartado la novela toma rumbo y es ahí donde el joven comienza a inmiscuirse en las artes del amor, la meiga es su iniciación, los dos serán presa de Eros, aunque pareciera que Arminda es sólo un cabo para apresar al poeta. El autor inserta adecuadamente el elemento mágico desde las primeras páginas como motor de la historia, de ahí se desprenden los demás caminos y a lo largo de la narración no se recuerda de manera explícita a la meiga, pero el lector tiene presente los primeros acontecimientos y las últimas palabras de esta mujer, antes de que Macías se aleje de Galicia. Esto propicia que el texto sea agradable, sugestivo y que mantenga en vilo la lectura.

María de Albornoz, la marquesa, mujer deseosa de amor, llena de erotismo y sensualidad, dama que busca su bienestar a cuestas de los demás, encargada de urdir — o dar seguimiento— a la tarea que al parecer dejó en el aire doña Arminda y poseedora del poder para trazarle el camino a doña Elvira, mujer que cerrará el ciclo vital del enamorado. El segundo apartado, donde se habla de la marquesa, se podría decir que es un capítulo de descanso, donde Macías se traslada al castillo de Arjonilla, comienza su vida de palacio, es armado caballero para que pueda lidiar en un torneo contra Alfonso de Albanchez, y ya se esboza su amorío con doña Elvira, el apartado tiene un tinte epistolar donde María cuenta sus pesares, pecados y los acontecimientos del castillo al papa Martín V. 

El autor juega con la intriga de qué mujer será el “amor verdadero” de Macías, el poeta añora los amores efímeros porque cree que ahí se muestra la pureza, y el regocijo de sufrir es parte de lo que se necesita para llegar a ella, su idea se refuerza con la formación poética que tiene y exalta los ideales del amor cortés, pero él no es el poseedor de su destino, aquí entra, como se decía, implícitamente el papel de la meiga. Doña Elvira, en el libro 3 llega con la fatalidad a la vida del ya caballero, se habla del papel de los ojos, aspecto importante para la lírica trovadoresca, esta pareja sólo se verá frente a frente en dos ocasiones, la última será donde se romperán los ideales de ese amor puro que tanto buscó el poeta.

2. Otras de-Macías

La meiga y el trovador es muestra de vitalidad narrativa en cada una de sus páginas, de reto para el lector común y regocijo para el lector versado y amante de la literatura del Medioevo; desentraña historias que parecieran estar olvidadas en alguna biblioteca para mostrarla a los degustadores de literatura contemporánea, dando un toque de redescubrimiento por medio del ejercicio que se da en la recuperación de latinismos y demás palabras antiguas de las lenguas romance; aderezan la trama versos intercalados a lo largo de la novela, que evidencian la naturalidad y conocimiento de este arte por parte del poeta zacatecano; además deja en el lector la incertidumbre, paradójicamente lleno y vacío, como le sucedió al trovador. Es en ese momento cuando el lector se pregunta, ¿qué es el amor?