sábado. 20.04.2024
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El poema del viajero solo

Jorge Humberto Chávez

Tachas 10
Tachas 10
El poema del viajero solo

Así transcurren estas presencias:
padecientes son las ciudades de noche

tristes hombres y mujeres que aguardan sin proferir palabra
tristes mujeres de metal inmóvil
piedras en el soplar de los instantes vacíos

hay algún hotel de amplios pasillos
en la ciudad de Tijuana en Monterrey en Juárez:
rostros limpios sobre un cristal que brilla
muros que te contienen pulidos maderámenes
aquí estoy entre muertos entre vivos que mueren
indescifrables caras que se esfuman
entre el ruido discreto de los pasos
de la conversación de las bocas que exhalan

Labios solos cuerpos solos duración del deseo
mordedura de marcas amables en la fruta
ojos que ven al otro y lo atan a una solitud sin fin
condena feliz de sólo perdurar para el olor y el tacto
de aquello que nos llama desde un amanecer
deshabitado único temible

cuerpos de bruces en camas que no conoce nadie
densos sueños complejamente comunes
secos sueños como la boca azorada del pez
como la garganta del pez al despertar
perplejo en la ciudad extraña e innombrable

todos viajamos de noche
todos avanzamos en dirección a algo
siempre estás acercándote a un nuevo desenlace
aquí por ejemple entre la gente que ríe
que en silencio fuma se gestan las historias
cruzan las épocas transitan las voces
un destino da vuelta ignorado ante tus ojos

ahora estás aquí
y estas miradas que se posan como dedos de pájaros
esta distensión de los labios en las mujeres que beben
y el rumor de las sedas cruzándose en lo oscuro sobre la piel unánime
buscan decir tu nombre te urgen a permanecer entre nosotros

Sale el sol:
hay la certeza del mismo amanecer en todas las ciudades
pero todo sucede ajenamente no pasa
quiero decir que la vida ocurre en otra parte
que es otro el que despierta del sueño a la tibieza
delineando el contorno de la pasión dormida
pero aquí el cuerpo duele y el aliento se rompe
y en sus nevadas manos la calle nos conduce
dentro de si amorosa al centro en que gravita
este mirar

Y aquí aquí aquí aquí
sordamente buscando las claves necesarias
ves que el amor atraca en la mesa contigua
en la alcoba y las manos que no están a tu alcance
ella se levanta y se irá y ha resuelto no volver su rostro

Y ahora responde
si pudiste acercar tu cansancio a la vera del vértigo en las aguas
si te atreviste a meter tu cuerpo en la corriente
en el esperado paso
si fue tu ataque a la resignación certero en la alta espiga de su fronda
si hubo de ti un asalto contra la paz y el miedo
si te negaste al fuego y al abismo
si te negaste a la consumación
si fuiste cobarde ante el reclamo de tu sexo

Oigo arribar el tiempo del retorno
los caminos avanzan y hay horarios
que se cumplen dolorosamente
hay un deslizarse sin fin hacia otro instante
hay un vacío a punto de colmarse y cesar

Yo avanzo también yo levanto mis ojos:
respira el mundo un aire fresco inédito
otro paraje se abre a la revelación
la ciudad quedó atrás