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Sobrevivientes del tráiler de la muerte

Ángel Amador Sánchez

Sobrevivientes del tráiler de la muerte

Los migrantes zacatecanos Heliodoro Mireles Chavarría e Ignacio Ríos Mireles se recuperan en un refugio instalado en Victoria, Texas, luego de que fueron rescatados con vida del interior de la caja del tráiler donde fallecieron 18 indocumentados. Los primos hermanos son originarios de la comunidad de Rancho Nuevo, municipio de Villa García.

Estos paisanos fueron dados por muerto debido a la grave deshidratación que presentaban, después de permanecer más de cuatro horas encerrados, informó desde Texas, Armando Esparza Elías, director del Instituto Estatal de Migración (IEM).

 Vía telefónica, el funcionario señaló que hasta ahora no hay zacatecanos entre los fallecidos, como tampoco con los demás sobrevivientes.

El tráiler fue abandonado al sur de Victoria, en una parada de camiones ubicada en la carretera 77, a unos 350 kilómetros de la frontera con México y a 150 al sureste de San Antonio.

Los coyotes o polleros huyeron y dejaron la caja del camión con los migrantes adentro. Sus gritos de auxilio fueron escuchados y la policía impidió que muriera más gente. De los supervivientes, algunos fueron hospitalizados; otros, detenidos, y unos más se dieron a la fuga al abrir la caja donde la temperatura era de 35 grados, agudizándose el calor en una pequeña área cerrada con candado.

Esparza Elías, conforme al relato de los primos Mireles, indicó que los 90 migrantes que viajaban en el tráiler de la muerte estuvieron más de cuatro horas encerrados “literalmente sin respirar”, ya que la única entrada de aire era a través de dos orificios. Los indocumentados, añadió el director de la IEM, fueron introducidos por los polleros a los Estados Unidos la noche del 9 de mayo, por el Río Bravo. En Harlingen, Texas, los hospedaron en distintos hoteles para luego reunirlos con personas de diversas entidades de México y países de Centroamérica; salieron el fatídico martes 13, día en que los abandonaron después de cuatro horas de camino.

Se informó que la investigación sobre el fatal hecho durará 30 días, y será la autoridad federal estadounidense la que determine la deportación o bien, le permiso necesario para que los sobrevivientes declaren en contra de los polleros, proceso que podría durar hasta ocho meses.

Quienes no aporten pruebas suficientes para la indagatoria serán deportados en un lapso de 30 a 45 días; los que brinden elementos para testificar ante la Corte Federal quedarán sujetos a investigación. Para tal efecto, se les otorgará un permiso especial para trabajar en tanto concluye la investigación.

El gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal Ávila, dijo que la muerte de mexicanos indocumentados en Texas constituye “una vergüenza para el país, por la incapacidad de ofrecer oportunidades de trabajo a quienes emigran arriesgando la vida”. Admitió el mandatario que todos los gobernantes “somos responsables de situaciones como ésta”, y urgió al gobierno del presidente Vicente Fox a poner como prioridad el acuerdo migratorio en la agenda binacional México-Estados Unidos.

Los Mireles pagaron mil 800 dólares al pollero que los pasó, con cámaras de llanta, por el río Bravo, en Reynosa, Tamaulipas, entre el 7 y 8 de mayo. Cinco días después subieron al tráiler de la muerte, de cuyo interior fueron rescatados cuatro horas más tarde, junto con otros 54 sobrevivientes, totalmente deshidratados. 

(15 de mayo de 2003)