viernes. 19.04.2024
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UN RATITO DE TENMEALLÁ

Norwegian Wood

Daniel Hernández Palestino

Norwegian Wood

Jonny Greenwood, el virtuoso guitarrista de  Radiohead, es el compositor de la banda  sonora de Norwegian Wood (2011), película dirigida por el realizador vietnamita Trang Anh Hung, y que está  basada en el existoso Best Seller “Tokio Blues, Norwegian Wood” (1986) de Huraki Murakami. La música orquestal del filme es ejecutada por la BBC Concert Orchestra y el cuarteto de cuerdas Emperor e incluye además a Can, el legendario grupo alemán de rock progresivo que interpreta tres cortes del album.

El resultado es una pista hojaldrada de elementos orquestales, jazzísticos-electrónicos y de música de cámara que se desenvuelven rítmicamente acoplándose al tono íntimo oriental del filme de Hung. En un trabajo anterior Bodysong (2002) película del mismo nombre, Greenwood en colaboración con Graeme Stewart había dado muestras de crear ambientes sonoros con cuerdas, alientos contrapunteados con pasajes electrónicos experimentales con una evidente corporeidad estética sonora y visual. A diferencia de este trabajo donde la tensión de la música descansa en los elementos minimalistas orgánicos, vibrantes e impredecibles en el estilo de Miles Davis, Norwegian Word, se encamina por un sendero misterioso con el espíritu vanguardista que se halla presente en la obra Amnesiac (2001) de Radiohead, aunque explorando las sonoridades brumosas y melancólicas de la música japonesa.

La música de Norwegian Wood se desplaza por paisajes nitrogenados de nostalgia que circundan la obra fílmica de Hung, y que son dramatizados por la tensión de un conjunto de cuerdas que permanece presente en su recorrido melódico con la única finalidad de mostrar cosas dignas de ser vistas, como la propia calidez de la vida o el susurro de una guitarra acústica en un amanecer oriental. Esta sobriedad y elegancia se nota en los tracks: “Mata Aini Kuru kara Ne”  y “Toki no senrei wo Uketeinai mono wo Yomuna”, narrados con un tono casi místico que desencadena la pasión atormentada de “Bring me Coffe or Tea” y que después conduce al oasis existencial de “Liko Dakara Damattete”. La belleza de la fragilidad humana es la esencia del yin yang porque se entrega sin oponer resistencia a sabiendas que con ello subvierte el orden terrenal donde impera el amor y el desamor. Del mismo modo, Greenwood está consciente que la descentralización del poder del mainstream implica explorar nuevas formas musicales, sin colonizar necesariamente el alma de la música oriental siempre a través de la imaginación y el buen gusto, como es el caso de este muy recomendable soundtrack.