viernes. 19.04.2024
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VIBORERO

George Steiner, Lenguaje y silencio¿Cómo debemos valorar la función del lenguaje después de que haya servido para expresar falsedades en los regímenes totalitarios, después de que haya sido arrastrado a la vulgaridad y la imprecisión de las democracias de consumo masificado? ¿Cómo responderá el lenguaje futuro a las exigencias científicas de expresiones más exactas, como la matemática o la lógica? Steiner consagra este volumen a la vida del lenguaje a través de los tiempos, desde la Grecia clásica y la Edad Media hasta los logros siempre inalcanzables de Shakespeare, las luces y sombras de Baudelaire, Kafka, Thomas Mann, Broch o Beckett. Sus reflexiones se centran en las posibilidades de los distintos géneros literarios y en las sacudidas que las complejas energías de las palabras provocan en nuestro mundo. Pero también evoca los límites del lenguaje. Ante los extremos de la atroz o lo sublime parece imponerse el silencio. Sin embargo, a los seres hablantes el lenguaje les impone el deber de transmitir incluso aquellas experiencias que están en el límite de la posibilidad de ser articuladas.

Y una vez más, como tantas en su vida, Felícito recordó las palabras de su padre antes de morir: “Nunca te dejes pisotear por nadie, hijo. Este consejo es la única herencia que vas a tener”. Le había hecho caso, nunca se había dejado pisotear. Y con su medio y siglo y pico en las espaldas ya estaba viejo para cambiar de costumbres.

El héroe discreto narra la historia paralela de dos personajes: el ordenado y entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño empresario de Piura, que es extorsionado, y de Ismael Carrera, un exitoso hombre de negocios, dueño de una aseguradora en Lima, quien urde una sorpresiva venganza contra sus dos hijos holgazanes que quisieran verlo muerto.

Ambos personajes son, a su modo, discretos rebeldes que intentan hacerse cargo de sus propios destinos, pues tanto Ismael como Felícito le echan un pulso al curso de los acontecimientos. Mientras Ismael desafía todas las convenciones de su clase, Felícito se aferra a unas cuantas máximas para sentar cara al chantaje. No son justicieros, pero están por encima de las mezquindades de su entorno para vivir según sus ideales y deseos.

HZygmunt Bauman, Miedo líquidoasta ahora se creía que la modernidad iba a ser aquel periodo de la historia humana en el que, por fin, quedarían atrás los temores que atenazaban la vida social del pasado, y los seres humanos podíamos controlar nuestras vidas y dominar las imprevisibles fuerzas del mundo social y natural. Y, en cambio, en los albores del siglo XXI volvemos a vivir una época de miedo. Tanto si nos referimos al miedo a las catástrofes naturales y medicamentales, o el miedo a los atentados terroristas indiscriminados, en la actualidad experimentamos una ansiedad constante, por los peligros que pueden azotarnos sin previo aviso y en cualquier momento. Miedo es el término que usamos para describir la incertidumbre que caracteriza nuestra era líquida, nuestra ignorancia sobre la amenaza concreta que se cierne sobre nosotros y nuestra incapacidad para determinar qué podemos hacer (y qué no) para contrarrestarla. En esta nueva obra, Zygmunt Bauman —uno de los pensadores sociales más influytentes de nuestra época— nos presenta un inventario exhaustivo de los temores de la modernidad líquida, y nos explica cómo podemos desactivarlos o hacer que se vuelvan inofensivos.