martes. 16.04.2024
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Descanonizar el Canon

Descanonizar el Canon

El Canon occidental ha sido un libro polémico desde su aparición. Hay quienes lo han satanizado como parte de los productos que intentan maniatar el acceso a la literatura; pero también hay quienes encuentran en él un estimulante juego para ordenar el capital literario de cada persona o para establecer listas de autores o de obras, de literaturas y de movimientos. De tal manera que buena parte de los lectores de este libro van construyendo su propio canon que puede ser estable o estar en continuo movimiento. Y también van marcando sus coincidencias y discrepancias. ¿Por qué Skahespeare es el centro del canon y no Cervantes o Dante o Montaigne? La procedencia de quien levanta su barricada de libros fundamentales varía también por la procedencia.

Tachas 18 dedica algunas de sus páginas virtuales al Canon y a Harold Bloom. Cándida Azucena Rivera Galván hace reflexiones y juegos en torno al tema, y el tono y las inserciones en momentos decisivos dan, tanto la filiación como la diferencia y la distancia. Virginia Alejandra Salmón Gamboa lo piensa en el terreno de la educación y de la práctica magisterial, además de proporcionar algunas claves de su ruta como lectora que encuentra en el canon un faro posible. Norma Angélica Andrade Haro enhenbra afinidades y no, entre William Shakespeare y León Tolstoi.

La aparición de libros más recientes de Bloom, dedicados a establecer el canon en el cuento, el ensayo y la novela, habla de un interés editorial que no va en demérito de la monumental obra del autor, pero que detecta un cierto entuerto y refuerza la posibilidad de establecer las propias reglas del juego.

Édgard Cardoza Bravo nos dice en un poema qué pasa al bajar del sueño, y Filiberto García muestra las arrugas de un anciano y de un viaje en carretera.

En Memorias del subdesarrollo recuperamos La muerte de Rafael Buelna, en la versión del excelente narrador José C. Valadés.

En El occipital de Einstein (Ciencia), Jesús Madrigal Melchor y Raúl Alberto Reyes Villagrana nos entregan la segunda parte de su Espintrónica.

En El parietal de Chomsky (comunicación y lenguaje), Mónica Muñoz Muñoz comparte algunos de sus resultados en disponibilidad léxica en el nivel secundaria de Zacatecas.

En Un ratito de tenmeallá, Caleb Landaverde realiza tozuda defensa de La Señora Venganza, y Chelsea Yarazel Carrillo Carrillo nos comparte su experiencia de lectura de Las reputaciones.

El Viborero también está dispuesto a proponer su versión, brevísima, canónica, por este número, que nos recuerda el célebre juego: 6 por 3, 18.