Es lo Cotidiano

EL PARIETAL DE CHOMSKY (COMUNICACIÓN Y LENGUAJE)

Declaración de fe

Gabriela Cortez Pérez

Declaración de fe

La lingüística aplicada a la enseñanza del español como lengua materna se ha desarrollado enormemente en las últimas cuatro décadas y aún tiene un campo grande de estudio y planificación, ya que hay que delimitar estrictamente el problema que se busca describir y la propuesta para solucionarlo, es decir, se debe ubicar cuál nivel se pretende superar y dentro de éste qué problema específico se atenderá para poder diseñar y probar la eficiencia de la propuesta que lo solucionará.

Si la lengua determina la visión de mundo, entre más dominio se tenga de ésta mayor y mejor será la aprehensión y comprensión de la realidad; un primer paso para llegar a esto es el vocabulario, porque muchas veces no se comprende lo que se lee o escucha por no entender los vocablos[1] que conforman la producción del otro, así mismo, muchas personas no son capaces de producir un discurso oral o escrito de manera coherente por no saber emplear o por desconocer mucho del léxico necesario para tal tarea.

El lexicón del hablante juega un papel determinante en la comunicación. En la medida que exista un manejo y dominio satisfactorio del vocabulario el hablante podrá comprender y producir con mucha mayor facilidad mensajes de cualquier tipo, lo que lleva a resaltar la importancia del léxico en la producción lingüística de cualquier persona, en otras palabras, en su competencia comunicativa, que emplea en la vida cotidiana y en la académica.

La competencia comunicativa se puede definir como la habilidad de un individuo para poder comunicarse con diferentes personas y en diversos ámbitos, el lexicón es un componente esencial de ella y es la escuela la que debe proporcionar al alumno tal competencia en todos los niveles de la lengua, por lo tanto, la que debe trabajar intensamente en aumentar el número de vocablos del alumno.

La incorporación del vocabulario en cualquier nivel educativo presenta numerosos problemas, ya que no se enseña de manera planificada ni gradual, además de que las investigaciones sobre cuáles son los vocablos que utilizan los alumnos y con cuánta frecuencia lo hacen son relativamente pocas, aunado a esto que aún no se aplican todavía en la elaboración de los programas.

Si partimos de este punto el problema es de gran magnitud. Se debe insistir en la incorporación de vocablos por parte del estudiante, para lo que es menester saber cómo hacerlo, cuál es el método más eficaz y cuántas repeticiones se necesitan para que el alumno incorpore una nueva palabra a su repertorio, porque el léxico es un nivel de la adquisición del lenguaje en el que es forzoso insistir en los años de escolaridad de los educandos al ser éste el lapso en el que deben adquirir los vocablos que conformarán su lexicón.

  Hay léxico que debe ser incorporado por medio de instrucción formal, por ejemplo los cultismos, también hay otro, el básico, que no está internalizado en los alumnos y que es indispensable para que puedan desenvolverse en el ámbito académico y cotidiano; lo mismo ocurre con el disponible, por lo que se debe buscar la forma en la que ambos se integren.

 

[1] Se emplean como sinónimos vocablo y palabra, aunque se tiene claridad de la diferencia que éstas implican en lexicografía.