miércoles. 24.04.2024
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UN RATITO DE TENMEALLÁ

El discurso del Rey (2010)

Caleb Landaverde

El discurso del Rey (2010)

En la vida, una de las cosas más importantes que tenemos los seres humanos es la habilidad de comunicarnos con un lenguaje articulado. Esta característica única es imprescindible,  pues de ella depende la vivencia del hombre, la interacción entre iguales o la manipulación por parte de los poderes y gobiernos. La palabra es en sí el vehículo de las ideas y el origen de los sentimientos. Carecer de ella o el no poder usarla de manera adecuada, duele, más en este caso particular se necesita de esta habilidad de comunicar para poder liderar un reino, y hacerles escuchar lo que tienen y necesitan saber.

Se sabe, que para los dirigentes de cualquier parte del mundo, es necesaria esta habilidad para poder usar la palabra y así llegar al corazón del pueblo, para que crea, y siga o incluso llegue a vivir con más tranquilidad, sabiendo que el futuro de la nación está en manos capaces. Imagínese pues el sufrimiento del rey Jorge VI al ser tartamudo y tener la incapacidad de expresarse correctamente, de no poder imponer o tener presencia no sólo en su corte, sino también en el pueblo, donde reside el motor y base principal de cualquier reino o nación.

En El discurso del Rey (2010) se cuenta la historia de este rey atormentado por su condición, y la lucha contra la misma, para así poder ser uno de los dirigentes más influyentes de Gran Bretaña. Su palabra era de gran importancia para el reino, ya que a él le tocó enfrentar guerra contra la Alemania Nazi y después la independencia de la India.

Por su padecimiento Jorge VI busca ayuda con diferentes doctores y terapeutas, probando casi todos los métodos existentes, hasta que da con Lionel Logue, un actor fracasado que en su juventud daba clases de dicción y actuación. Además de su extravagante personalidad, que chocaba con el carácter violento de Jorge, tenía métodos poco ortodoxos, pero eficaces, que fueron clave para el éxito del tratamiento del rey. A pesar de las diferencias entre el rey y su terapeuta, lograron establecer lazos íntimos que eran parte de la terapia, así como quitar cualquier formalidad y ser iguales dentro del consultorio, llamándose ambos por su nombre de pila. Lograron ser amigos, influyendo esto en el gran avance del rey, para hablar adecuadamente y transmitir discursos por radio de manera satisfactoria.

En torno a esto se desarrolla el filme dirigido por Tom Hooper, que logró con éxito situar esta película en su tiempo, sin necesidad de recurrir a muchas locaciones exteriores. Decidió filmar la gran parte de las escenas en interiores, creando una sensación de intimidad y apego a los dos amigos, haciendo partícipe al espectador de cada situación y vivencia, y así llegar a conmover a los espectadores.

Las actuaciones son impecables, la música y el ambiente creado dentro de la película son muy bien logrados. Las lecciones de historia no faltan y, al contrario, crean la curiosidad suficiente para seguir la huella de cada una de estas figuras históricas, dando más sorpresas, al ver que Lionel Logue fue cofundador de la Sociedad Británica de Logopedas en 1935 y luego miembro fundador del Colegio de Logopedas en 1944.

Es una película histórica que cumple al contar parte de los ciclos vitales del rey Jorge y a su vez relata una amistad que duró toda una vida y que fue indispensable para ambos, para su desarrollo como individuos y, en el caso del rey, para la fragua de una exitosa figura pública.

El discurso del Rey es una película difícil de olvidar y que recomiendo ampliamente por su riqueza histórica, calidad cinematográfica y, en gran parte, por recordar la importancia y el poder que reside en las palabras.