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EL PARIETAL DE CHOMSKY (COMUNICACIÓN Y LENGUAJE)

La lección lexical, fundamentos teóricos, estructura y desarrollo

Gabriela Cortez Pérez

La lección lexical, fundamentos teóricos, estructura y desarrollo

La incorporación de léxico se centra en cómo enseñarlo, atendiendo cuántos y cuáles palabras enseñar, ya que es este nivel de lengua el que le permitirá al alumno producir y comprender los textos y mensajes a los que se enfrenta tanto en la escuela como fuera de ella, porque

Cuando una persona aprende a leer y escribir convenientemente aprende muchas cosas más sobre su idioma y aprende también a ver el mundo de una manera diferente, una manera más rica y global. Así, adquiere las estructuras lingüísticas necesarias no sólo para expresar y comprender una gama muy amplia de sentimientos y pensamientos sino incluso para concebir adecuadamente tales sentimientos y pensamientos.[1]

Y es que la planificación léxica es casi nula en la materia en la que se debería aplicar, pues, se reitera, no se enseña realmente vocabulario, lo más ambicioso que se hace al respecto es pedir al alumno que busque la palabra en el diccionario o que haga un glosario. Lamentablemente éste no es un método de enseñanza, ya que no implica planificar ni se obtienen resultados, lo más que se logra es que el alumno reconozca la palabra, pero no que haya una aprehensión ni comprensión del significado, mucho menos la producción.

Esta manera de tratar de superar la deficiencia de dominio léxico apela a un recurso mnemotécnico que ni siquiera es bien enseñado. Toma la memoria, que se puede definir “como la capacidad de restituir información contenida en un mensaje en ausencia de este último”[2] como base para aprender nuevas palabras.

En este punto es donde se debe aclarar que la memoria del ser humano se puede dividir en dos, la memoria a corto plazo o episódica y la memoria a largo plazo. Toda la información que recibe un individuo entra a la memoria a corto plazo, si ésta es significativa se trasladará a la memoria a largo plazo, si no, se desechará, ya que la memoria a corto plazo recibe constantemente información, por lo que se llena y vacía constantemente para recibir la nueva información a la que se enfrenta la persona.

En el caso del léxico, el que una nueva palabra llegue a la memoria a largo plazo depende no sólo de la relevancia que ésta tenga, sino de cómo es presentada. Si se regresa a la técnica del diccionario lo que se logra es que la palabra quede en la memoria a corto plazo por cierto tiempo solamente, o, con más ambición, que llegue a la de largo plazo, pero sólo como unidad fónica o gráfica, pero no que se traslade con su significado, por sólo presentarse una vez, es por ello que en enseñanza de léxico se tiende a trabajar con repeticiones de la palabra, lo que ayuda, pero no es determinante para que esa unidad pase a la memoria a largo plazo, porque se busca que se reconozca y que se aprenda su significado en comprensión y producción, así como su inserción en un sintagma.

Al abordar el incremento de léxico de un estudiante se debe buscar que incorpore realmente vocablos a la memoria a largo plazo, es decir que los entienda sin problemas y que los use de manera adecuada, no sólo que los reconozca gráfica o fonéticamente, que es lo único que se logra con el método de diccionario.

Así, la adquisición de una palabra comienza con el nivel fónico, seguido de lo morfológico, sabiéndola situar en lo sintáctico con su componente semántico. Si pensamos lo anterior como un proceso, la sola lectura o mención de una palabra no puede lograr la incorporación, ya que percibir el lenguaje significa llevar a cabo varias operaciones sicológicas, como aislar y segmentar palabras, frases y unidades más largas, además de atribuirles un significado, pero el vocablo nuevo debe estar ya en la memoria a largo plazo para que pueda usarlo el alumno en comprensión y en producción.

Seguir con la enseñanza tradicional de vocabulario, que además de obsoleta es poco fructífera, no es pertinente si en realidad se pretende aumentar el vocabulario de los alumnos, ya que esos métodos, además de que sólo se basan en lo memorístico −que por sí solo no basta− no atienden a los niveles de la lengua, en parte porque parece que perciben a la palabra como una unidad aislada, sin tomar en cuenta la relación que ésta tiene con el nivel fónico, morfológico, sintáctico, semántico y pragmático.

El método de ejemplos pudiera ofrecer mayores beneficios para el incremento de léxico. Se enseña la palabra y su definición, posteriormente se presenta una oración en la que se debe emplear, con esto se recurre a la memoria, pero también a la comprensión que el hablante debe hacer al hacer la conexión entre la palabra y su significado en determinado contexto. 

Este método es más complejo, pero apela de manera aislada a la capacidad de comprensión del alumno, que éste puede ejercer, pero no en todas las categorías gramaticales, ya que será más probable que la presentación de la palabra se retenga si es un núcleo, sustantivo o verbo, pero presentará más dificultad si es un adjetivo, o aún más si es un adverbio, ya que éstos, al ser modificadores, no son la parte medular de la oración y retenerlos exige una mayor capacidad cognitiva y mayor dominio de la gramática de la lengua materna.

Esta técnica requiere mayor complejidad que el método de definiciones, pero no es efectiva cuantitativa ni cualitativamente; falla porque no muestra a la palabra como una totalidad, sino como una forma aislada, lo que la simplifica al requerir su comprensión. Éste no es el único problema, ya que además de reducir la adquisición a comprensión, la dificulta al exigir la decodificación semántica y pragmática en una oración.

En el método de oraciones también se supera el requerimiento meramente memorístico. En éste se solicita la producción de la palabra a incorporar, al pedir ésta se puede pensar que el reconocimiento fónico y/o gráfico, el morfológico, el semántico y el sintáctico, tal vez hasta el pragmático, están ya integrados en el nuevo vocablo.

Lo predecible de acuerdo con lo anterior sería que este método arrojaría una completa incorporación de léxico al trabajar con los diferentes niveles de la lengua en comprensión y producción. No es así, ya que presenta resultados contradictorios en las dos muestras: mientras que en Puerto Rico es el más efectivo, en Zacatecas es el que menos aprovechamiento refleja. Esto se explica porque fragmenta la complejidad de la comprensión o producción lingüística, aunque sea en una oración simple.

Es muy ambicioso pretender que el alumno logre incorporar con la sola presentación, realizada numerosas ocasiones, la palabra y su definición, ya que aunque logre el reconocimiento, esto no garantiza que pueda flexionarla y relacionarla con otros elementos gramaticales en una oración.

 

[1] Juan López Chávez y Marina Arjona Iglesias, Sobre la enseñanza del español como lengua materna, edĕre, México, 2001, p. 12.

[2] Alain Lieury,  La memoria, Herder, Barcelona, 1985, p. 11.