miércoles. 24.04.2024
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UN RATITO DE TENMEALLÁ

Léon (The professional) de Luc Besson (1994)

Isaac Zepeda

Léon (The professional) de Luc Besson (1994)

 

No women, no kids.
Léon

 

Panorámica del Nueva York de los 90. Adentrarse en las calles hasta ver el anuncio: Welcome to Little Italy.

Además de la mafia, la pizza y las camisetas de tirantes blancas para estar en casa y gritar por la ventana, algo característico de la imagen del italoamericano es la mesita del restaurant con el mantel a cuadros rojo y blanco. Ahí es donde Léon (Jean Reno), un asesino a sueldo, habla de negocios con Tony (Danny Aiello), y esto, claro, acompañado de un buen vaso de leche.

Léon vive en un edificio de departamentos donde tiene por vecina a la pequeña Mathilda (Natalie Portman, en su primer film), una niña de unos 12 años que platica con desconocidos, que tiende a mentir muy bien y que fuma a escondidas de su padre. Éste ha estado rebajando la droga de Norman Stansfield (Gary Oldman) que está más que desviado y junto con sus agentes asesina a la familia de Mathilda mientras ésta estaba de compras, y a ella no le hubiera importado, de no ser por su hermano menor, el único al que quería. Mathilda ve su oportunidad de venganza cuando Léon le abre la puerta de su departamento.

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Es una película conmovedora. Ver a Léon, un hombre serio al que muchos temen, tratar de abrirse ante Mathilda de una manera torpe, lenta y extranjera. Una escena memorable es cuando él y ella juegan a disfrazarse de personajes famosos para adivinarlos, nos muestra lo lejos que están los dos personajes y sin embargo que el daño que padecen los ha unido. Compartirán ese dolor de la vida, hasta cierto punto… Mientras tanto la pasan bien, al ritmo de Venus as a boy de Björk se vuelve cotidiana su vida, metódica y tomando leche. León acepta enseñarle a Mathilda a “limpiar”, que así llama a su oficio. Ella lo asusta con declaraciones de amor e insinuaciones de una precoz niña, muy linda ya.

El lado opuesto de Léon es el protagónico Stansfield. Un personaje tremendo, desquiciado e impulsivo (el cual me parece digno antecedente del Guasón que representó Heath Ledger en Batman: The Dark Night, Nolan, 2008), en la que también participa Gary Oldman ya en un papel más tranquilo). No sé qué drogas se mete Stansfield pero se traga una cápsula verde y amarilla y al hacerlo se retuerce un poco luego el posterior éxtasis. Stansfield, como buen villano, trae un discurso para añadir a sus maldades, el habla de Beethoven, Mozart y recomienda a Brahms. Y, cuando se da cuenta que alguien quiere asesinarlo, sabe que llevará eso hasta la últimas consecuencias, que para él no son muchas siendo agente de la D.E.A.

Se acaba la tranquilidad. Mathilda después de todo es una chica complicada. Tony lo advertía ya “Los cambios no son buenos, Léon, ¿Sabes?”. Qué más da. También Léon dará  todo por esa última oportunidad de estar con alguien, de servirle a alguien.

Mathilda pone en la tierra una planta a la que Léon estaba muy apegado, era su mejor amiga antes de que ella llegara. Se escucha Shape of my Heart de Sting. Salen los créditos.