Es lo Cotidiano

Sobre Luisón

Álvaro Luquín

Sobre Luisón

Para hablar de Luis Eduardo e intentar comprenderlo junto con ustedes. Me será imposible entrar en detalles específicos (citando sus poemas), puesto que podría perderse el sentido que intentaré dar de él en este pequeño espacio.

El primero libro que leí de Luisón fue La música alejándose, y debo decir que fue bastante grata mi sorpresa… Dije ¡por fin alguien que no habla de ocasos y besos lindos, mojados! Su poesía se deslizó varias casillas hacia el punto en el que querría yo encontrarla: una poesía que desintegra sus vivencias, su yo lírico, para rehacerla de un modo en el que varios tonos y modulaciones entran en un contrachoque, un contrapoder que sostiene el sentido y la imagen sin que ninguno de los dos opaque al otro.

Varios temas hay en ella, por ejemplo: sadismo, masoquismo, asesinato, creaturas ocultas en el sueño cuyo aguijón se nos clava al despertar; Ian Curtis, Benedetti (a modo de burla, no se entienda mal), Francis Bacon, entre otro adefesios.

He notado que en los libros La música alejándose, Pájaros Lanzallamas, Tres estudios a partir de la composición de Markus Rotckowitz (Premio nacional de poesía joven Elías Nandino) hasta el último, Instrucciones para destruir mantarrayas, hay un cambio de tono y una furia desbordada pero a la vez contenida en una especie de círculo inmanente, donde su voz está ya plenamente identificada: uno lee un poema de Luisón y luego luego se da cuenta que es de él.

Luis Eduardo es de esos poetas que da gusto leer, volver a ellos, comparar sus libros, intentando encontrar esos hilos finísimos que dan cuerpo y vida a su escritura.

Además de gran amigo, es una persona cuyo pensamiento es bastante transparente. Sabe expresar en términos creíbles lo que es para él la escritura, fuera de solemnidades y trascendencias anacrónicas, sabe hilar un tema que podría ser profano para  muchos preciosistas: una sierra, un cuerpo penetrado, un alce y un músico suicida, todo encaja perfectamente dentro de una poética bien pensada y sincera.

Leer a Luisón es como ir más allá de un texto simplemente poético, es abrir umbrales donde caja objeto, cada imagen y tono se van desplazando unos a otros hasta crear un punto donde cada círculo trazado deja una huella luminosa y cochina a la vez, una huella muy necesaria para los tiempos actuales de la poesía mexicana.

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Álvaro Luquín. Nació en Guadalajara, Jalisco, en 1984. Estudió Artes Audiovisuales. Ha sido becario del programa de estímulos a la creación, Jalisco 2011-2012 y del FONCA, en el área de Jóvenes Creadores 2012-2013. Fue incluido en la antología de poesía joven de Jalisco Diez y nota, compilada por Luis Armenta Malpica. Ha publicado Praderas Silenciosas (La Zonámbula).