viernes. 19.04.2024
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Ficcionalia en Tachas

Ricardo García

Ficcionalia en Tachas

Antes de irnos de Tachas

El cuento, probablemente, como el poema, es el origen de toda literatura de ficción; el cuento como forma literaria aspira a una manera de describir la realidad, contar una historia y dar forma a las fantasías de los seres humanos a través del tiempo y de su tiempo. Es una escritura circular y compleja, donde el final está contenido en el inicio.

De aquí, si revisáramos la arqueología del cuento, nos hallaríamos simplemente con anécdotas, derivadas de la tradición oral. Trozos de historia. Hechos que se confunden con la realidad pura y dura del momento y el sentir puro y duro del instante. En la edad media, dice Juan-Armando Epple, las expresiones de la tradición oral y popular como las leyendas y los mitos o la fábula donde interesa más el asunto que su formalización discursiva, surgen estatutos ya decantados en la tradición letrada que hoy conocemos.

Existen, de hecho, pocos estudios acerca de la tradición letrada en Guanajuato. Acaso, la guía fundamental es la Historia de la literatura Guanajuatense, de Benjamín Valdivia, donde el académico pone el dedo en la llaga y hace un registro relevante de la vida letrada de un pueblo, de sus autores y sus tendencias. El registro más lejano que cita Valdivia es del el poeta Francisco Eduardo Tresguerras, nacido en 1759 en Celaya. Se han recorrido cerca de 234 años de cuento, poesía y novela en Guanajuato; publicado, editado y escrito en la localidad. 234 años que se pueden rastrear en documentos y publicaciones; 234 donde apenas el estado cuenta con una antología de becarios y otras dos con estudio preliminar incluido, de poesía, realizadas, lo sabemos bien, por el mismo Benjamín Valdivia. 

Esta piedra de toque marca la diferencia para comprender el estado de las cosas en materia de autores y publicaciones en Guanajuato. Mempo Giardinelli señala que los cuentos se confundían con las formas narrativas de la religión, la historia, la filosofía, la oratoria. Formas narrativas que se han desempeñado a lo largo de la tradición letrada de Guanajuato con categorías y motivaciones propias.

Existen, sin embargo, materia de otro análisis, diversas antologías que recogen las muestras del cuento y la poesía de nuestros coterráneos, empresas singulares y de gran valor, porque representan los registros de autores y publicaciones a lo largo de una ignorada historia guanajuatense en la tradición letrada, que como una serie de catapultas y desarrollos literarios independientes, o mejor dicho, lejanos del interés y el subsidio de las burocracias culturales, resisten contra este singular atentado a las letras: la abulia.  

Llama la atención que el cuento y la poesía han penetrado de manera distinta en la lectura de una literatura guanajuatense, quizá debido a la compresión del formato y la comodidad para publicarse en suplementos literarios en periódicos o medios digitales, razón que empuja a la novela a otro tipo de análisis.

La deuda con estos registros históricos sigue en pie por una razón fundamental: nos obliga aprender del legado literario propio, de nuestro patrimonio cultural intangible. Esto excluye, por fuerza, los esfuerzos monetarios que hace el estado en los homenajes abetunados a nuestros grandes poetas y narradores chilangos. 

Esta propuesta conjunta con el Suplemento Tachas sólo intenta plantear una muestra microscópica en torno al cuento y al ensayo. Una participación singular, por el gusto y el gozo de este género, en tanto que se desarrolla en una parte del Bajío y por autores que viven y gozan esta parte del mundo.

Vámonos de Tachas

Ricardo García, editor invitado para este número de Tachas.

Informes sobre Ficcionalia, Revista de Cuento: www.ficcionalia.com
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