Es lo Cotidiano

Delirio

Chopin Mc Queen

Ella llego como alas, como gaviota,
como el alba que quiere ser aurora,
en un vibrante día de agosto
y traía en sus ojos reflejos del mar
y las manos morenas llenas de magia
y de ternura gitana.


Y yo me veía en el río de sus ojos
y en ellos ardía el amanecer
y todas las llamaradas del crepúsculo,
y las horas eran corcheas a su lado,
y yo ya no quería nada más,
nada más que amarla.

Y yo quería susurrarle al oído
cuánto la amaba

y quería gritarle a todo el mundo
que yo ya no tenía corazón,
ni cosa alguna, porque todo,
todo se lo había dado a ella.


Y en ese preciso momento
no recordaba ni siquiera mi nombre,
porque yo ya no tenía nombre
era sólo luz que se sumergía
hasta el fondo de sus ojos.

Y sus ojos eran pupilas de color café
y a sus pupilas no se asomaba otra cosa
que el mar, el mar, ese nocturno mar.
Y su nombre llenaba toda mi boca
con siete gardenias perfumadas
y cubría todo el horizonte
con destellos de arco iris.
Yo quería decirle que la amaba,
que siempre la había amado,
con un amor del tamaño de todos
los peces que caben en el mar.

Y ella sonreía, con una sonrisa
mágica y toda llena de gracia
y todo el universo conspiraba
con nosotros, pues estábamos
en armonía con Dios mismo.
Y mi voz quería gritarle,
gritarle que la amaba
desde que yo no era yo,
desde que yo
era solo un pensamiento.
Y ella lo sabía todo, todo,
porque ya había adivinado
que yo estaba con el amor
hasta los huesos y con el amor
hasta la misma sangre.


Y yo quería decirle que la amaba,
que yo ya no era yo,
y que ni siquiera estaba aquí
porque estaba amándola,
con un amor tan grande
como la constelación de Orión...

Yo quería decirle que la amaba,
que siempre la había amado,
con un amor del tamaño
de todos los peces que caben en el mar...
Y ella sonreía, con una sonrisa
mágica y toda llena de gracia
y todo el universo conspiraba
con nosotros, pues estábamos
en armonía con Dios mismo.
Y mi voz quería gritarle,
gritarle que la amaba
desde que yo no era yo, desde que yo
era solo un pensamiento.
Y ella lo sabía todo, todo,
porque ya había adivinado
que yo estaba con el amor

Hasta los huesos y con el amor

Hasta la misma sangre.
Y yo quería decirle que la amaba,
que yo ya no era yo,

y que ni siquiera estaba aquí
porque estaba amándola,
con un amor tan grande
como la constelación de Orión.
 

La poesía de Chopin Mc Queen nace de la necesidad de decir a una persona que ha tocado su alma de forma importante.