miércoles. 24.04.2024
El Tiempo
Es lo Cotidiano

La culpa

Leopoldo Navarro

Mientras el parroquiano del café intenta hacer funcionar su conexión web, una pareja púber se planta en la mesa vecina. Sin mayor protocolo ella queda en brazos de él, sonriente, querida, feliz. Entonces algo parecido a un aire imperceptible cae como velo de culpabilidad sobre sus ojos, sin permitirla entender por qué. Una forma de culpa que, una vez plantada sobre ella, se le queda encima pero en ningún lugar, la acorrala, la enferma de corrosión y le impone una urgencia de suplicar perdón por la vida.

En otro lugar, una mujer madura estrena miedos y motivos y repertorios verbales y talámicos y malas palabras y usos para cada poro de su cuerpo y hunde su cabeza, humillada, invitada a la culpa por una propuesta simple y ruborizante, estremecedora, desquiciante de los pretiles en que sus emociones se mantuvieron durante larguísimos minutos de placer entregado al espejo que la mostraba embatida, acometida, embestida desde no sabe dónde pero hasta el rincón más exigente de sus entrañas. Estrena miedos y humillaciones y las nombra placer y las grita para saborearlas y tragarlas en minúsculos trozos que han de conducirla por entre un laberinto que cada vez la convierte en protegida del extravío, del eterno retorno a nada, a volver a empezar, a tener la pared como única protección, olvidando que los motivos de miedo estaban afuera y sin entender por qué la siguen en este laberinto protector, por qué continúan los sobresaltos acometiéndola casi con cada embestida inyectora de vértigo y miedo y placer y gritos que siguen almacenados como en una caja musical con sordina recibida desde niña, con el instructivo para hacerla funcionar siempre en silencio, siempre quedito, siempre cortito, siempre interrumpiendo la vida justo a punto del precipicio del placer, y desde hace algunas líneas notó la pobreza de su lenguaje pero eso no le importa, la culpa y el placer son paredes, puertas, ventanas, cielos y pisos de este laberinto, y le urge tocarlos todos y de toda forma posible para que
la vida sea.