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GUÍA DE LECTURA

Salir a la calle con José Revueltas

Jaime Panqueva

Salir a la calle con José Revueltas

Dan ganas de salir a la calle con la esperanza de que la protesta, el puño en alto, la camaradería desbocada al ritmo de la caminata sobre el asfalto remienden las injusticias y despierten a los justos de su sueño, que los poderosos tiemblen al ver la muchedumbre vociferante que antaño quemó palacios y cortó cabezas finamente empolvadas. Así lo entendió desde muy joven José Revueltas y seguramente en el día de celebrarse su centenario, justo el día oficial de la Revolución Mexicana, de haber podido habría salido a marchar también, porque transigir, bajar los brazos equivaldría a la muerte misma. Dos encierros en las islas Marías más el primero, en una correccional juvenil, y el último en Lecumberri, no impidieron que Revueltas mantuviera su postura crítica, inconforme, plasmada en novelas, ensayos, poesía y dramaturgia. “Uno de los hombres más puros de México”, escribió Octavio Paz en Posdata, mientras Revueltas y jóvenes del movimiento estudiantil del 68 cumplían su condena en el Palacio Negro. Allí lloró a los estudiantes masacrados, allí parió El apando, para algunos su mejor obra.

Para conmemorar al escritor duranguense, Ediciones Era ha editado una nueva colección, con mayor carácter antológico, bajo el título de José Revueltas: Obra reunida, que condensa los 26 volúmenes de la obra completa en siete tomos. Para mayor información se puede consultar: http://www.edicionesera.com.mx/fabricante/revueltas-jose

También el Fondo de Cultura Económica y la UNAM publicarán ediciones sobre crítica de la obra, entre ellas: El árbol de oro: José Revueltas y el pesimismo ardiente de Phillippe Cheron, El propósito ciego, editado por José Manuel Mateo; José Revueltas. Una literatura "del lado moridor", de Evodio Escalante; y Nocturno en que todo se oye. José Revueltas ante la crítica, coordinado por Edith Negrín.

Pero quizá en estos tiempos de casas blancas, gobernantes sordos y estudiantes masacrados, el mejor homenaje que puede hacerse a Revueltas, además de leer algunos de sus cuentos o novelas, consiste en reflexionar por qué a pesar de los años transcurridos, hablamos de un más de un siglo, las demandas siguen siendo las mismas y es cada vez más difícil observar el panorama nacional con el mismo optimismo y convicción con el que Revueltas salía a la calle a alzar la voz para despertar conciencias.

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