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GUÍA DE LECTURA

Alison Wong: Cuando la tierra se vuelve de plata

Jaime Panqueva

Alison Wong: Cuando la tierra se vuelve de plata

En la noche, cuando la luz de la luna espanta la oscuridad cubriendo la tierra con su velo, los chinos se refieren al resplandor que todo lo baña como la hora en que la tierra se vuelve de plata. Rememoro uno de los episodios que viví en Shanghai, cuando se celebraba el Festival de Medio Otoño y Alison Wong nos congregó a los escritores residentes frente a nuestro edificio, donde solíamos sentarnos a charlar junto al estacionamiento de un hotel. Nos entregó a cada quién un pastelillo relleno de una masa densa y dulce que, según la tradición local, debíamos morder observando la majestuosa luna llena. Recuerdo su preocupación porque ninguno se escapara de compartir la costumbre ancestral. Neozelandesa de nacimiento, Alison mantenía el respeto a las tradiciones de sus antepasados emigrados a ese remoto lugar del planeta a comienzos del siglo XX.

Mi esposa se queja con regularidad porque no hago preguntas en el momento oportuno, mucho menos si se trata de temas personales. Como siempre, tiene razón: compartí dos meses en Shanghai con la autora de una novela extraordinaria, que está traducida al español, y me vine a enterar unos meses después de mi regreso a México. Cuando la tierra se vuelve de plata (Penguin) fue publicado en el inglés natal de Alison en 2009 y tiene una excelente traducción de Siruela. En su país ganó el Post Book Award y fue finalista en el premio del Premier Australiano del año correspondiente. La versión impresa en nuestra lengua no es fácil de conseguir, pero a un precio muy razonable (87 pesos) es posible descargar la electrónica. También se puede leer un fragmento gratis en esta página: http://www.siruela.com/archivos/fragmentos/TierraPlataFrag.pdf

La estructura compendia relatos cortos que se desenvuelven sobre dos ejes temáticos principales, el racismo y el machismo atávico de la cultura inglesa que colonizó el archipiélago neozelandés.  Como contrapunto la historia de amor, bajo la plata selenita, de Yung, un chino inmigrante, y Katherine, viuda de un periodista inglés y madre de dos contradictorios hijos. Contada con tanta delicadeza y esmero por los detalles culturales, la he degustado bocado a bocado, como aquellos pastelitos lunares. Wong, a quien siempre consideré poeta y nunca le pregunté si escribía narrativa, coció a lo largo de los años esta historia con fidelidad a los acontecimientos históricos y una sensibilidad que transmite al lector, sin sacrificar el suspenso al que nos acostumbra la buena literatura inglesa. He tenido que felicitarla por correo electrónico, y me ha contado que está escribiendo sobre las ceremonias budistas que se realizarán para repatriar más de cien cadáveres rescatados de un naufragio de hace más de un siglo junto a las costas de su país natal. Sobre esta historia quizás haya tiempo para contar más adelante; ya no dudaré en preguntar más.

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