martes. 23.04.2024
El Tiempo
Es lo Cotidiano

Estaciones (I)

Rosa Murillo

Estaciones (I)

Sin llorar,
una mujer abrió a los vientos
la puerta de su casa,
y atropellaron todo: mesas, sillas,
hijos, camas;
sólo ella se salvó de su violencia.
Y acabó por irse,
vientos del norte le lamían los pies
como animales mansos,
como verdugos piadosos hundían
de vez en cuando cuchillos en su cuerpo,
mas luego llanto y pañuelos le obsequiaban.

Madrugada fría,
una mujer se lava el rostro
con una gota de agua,
una mujer ha envejecido oyendo entre su pecho
un vendaval, recordando los trenes,
recordando los vientos que eran sueños,
vida, sepulturas.

Sin llorar,
una mujer se decidió a dejar su casa,
los pleitos conyugales,
los hijos que dormían;
hijos que crecieron subiéndose a las tapias,
a la rama más alta de algún árbol,
y no veían paisajes sino ausencia,
objetos olvidados en los techos.

(Del libro Objetos y Sujetos)