martes. 23.04.2024
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Enigmas de un creador

Gerardo Mares

Massimo Murru
Massimo Murru
Enigmas de un creador

Stanley Kubrick es de esos casos cuya fama y trascendencia está envuelta por el halo de la leyenda. Es decir, gracias a un segmento del periodismo de tinte escandaloso y falto de rigor, a medida que la relevancia del realizador se acrecentaba y producía obras maestras para el gozo de la humanidad; renuente a conceder entrevistas o ruedas de prensa, se fue generalizando la idea de una personalidad oscura y en algunos casos hasta maldita. 

Jan Harlan, productor del cineasta norteamericano en un buen tramo de su trayectoria británica, decidió, a manera de homenaje post mortem, realizar un documental distribuido por la Warner Bross y que si bien no aporta nada del otro mundo, logra poner en una perspectiva razonable, una imagen más amable del hombre nacido en el Bronx, el que no pocas veces fue calificado de misántropo.

Stanley Kubrick: una vida en imágenes” resulta ser una retrospectiva políticamente correcta sobre un creador y su filmografía de la que se ha derramado demasiada tinta, en general, si no de manera oprobiosa, al menos que sí se pudiera calificar en muchos casos de tendencia sensacionalista, como lo sugiere la secuencia de apertura.  

Y es que el desaseado manejo mediático que se dio a dos obras específicas del director, pudo deberse en parte al material incómodo de las novelas a las que convirtió en parte fundamental de su obra, claro, con su cerebral estilo, generando algunos comentarios negativos de parte de los literatos (Vladimir Nabokov por Lolita y Anthony Burguess, que progresivamente fue cambiando de opinión respecto al resultado final de A Clockwork Orange) y que alimentaron el amarillismo de la prensa escandalosa. Queda claro que el novel fotógrafo de la revista Look no era un provocador de oficio como muchos cineastas de actualidad, y hasta se dio tiempo para llevar a la madurez al género de la Sci-Fi con la mítica 2001. A Space Odyssey.

A pesar que el registro documental crea un cálido caleidoscopio no exento de admiración, gran parte del interés recae en la opinión de pesos pesados, digamos, en un sentido ecuánime. Sorprende además la ambigua repercusión crítica que tenían algunas de sus películas en la crítica norteamericana y británica, incluso en plumas inteligentes como las de Pauline Kael.

No obstante que no se lleva a cabo una profundización en los resortes creativos sobre un iconoclasta maniático y obsesionado por el perfeccionismo, sin duda es indiscutible su lugar en el Olimpo de los grandes de la historia. El documental conmueve porque es un honesto acercamiento sobre un personaje que, muy a pesar nuestro, seguirá permaneciendo ignoto. A favor del mito, para bien y para mal, quizá sea lo mejor.

Stanley Kubrick: Una Vida en Imágenes (Stanley Kubrick: a life in pictures)/ D y G: Jan Harlan/ F en C: Manuel Harlan/ E: Melanie Viner-Cuneo/ M: No Acreditada/ Con: Jack Nicholson, Tom Cruise, Nicole Kidman, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Woody Allen, Sydney Pollack, Keir Dullea, Arthur C. Clarke et al/ P: Warner Bross, 2001.