viernes. 19.04.2024
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DESDE EL TABLERO

Kafka enfrentó al genial Capablanca

Guillermo Cano

Tamara Karsavina as Queen Shemakhan in "Le Coq d'Or", 1914. Ballets Russes. Taken from "A Feast of Wonders", p. 217
Tamara Karsavina
Kafka enfrentó al genial Capablanca

Nacido el 03 de julio 1883 en Praga, entonces Austria-Hungría; † 3 Junio 1924 en Kierling - ahora un barrio de Klosterneuburg - Austria, también en checo "Frantisek Kafka" fue un escritor que nació en una familia judía burguesa. Sus principales obras son, además de tres novelas o fragmentos de la novela (El Proceso, El Castillo y La Condena), numerosos relatos.

En general es poco conocido que Franz Kafka jugaba al ajedrez. En su biblioteca se encontraron, entre otros, los siguientes libros:

  • "El final del juego en el ajedrez por Hans Fahrni"
  • "300 finales por Henri Rinck"
  • "Manual de ajedrez de Bilguer (8 ª edición, revisada por Carl Schlechter)
  • "15 partidas seleccionadas del torneo Karschau 1918 de Jacques Mieses "

Pero esto no despeja dudas, pues no aparece en sus diarios evidencia alguna de su interés por el juego ciencia.

Aunque en sentido opuesto, se publicó una presunta partida que jugó en octubre de 1911 en Praga, en unas simultáneas del niño prodigio del ajedrez, el entonces joven cubano José Raúl Capablanca.

Algunos biógrafos sostienen que a la edad de 38 años, Franz Kafka apareció de forma fugaz en la escena pública del ajedrez. En 1921 participó por primera vez en un torneo en Praga, y ocupó el 9º puesto.

El ajedrez fue jugado con frecuencia a nivel internacional, aumentando gradualmente sus simpatías en el mundo occidental, después de la interrupción por el estallido de la primera Guerra Mundial. Tal vez fue el gran interés que despertó este juego y la popularidad del nuevo campeón cubano, lo que llevó a Kafka a participar en el campeonato de la ciudad. Anteriormente había jugado en un torneo de "Dobrusky" Club en 1916 y otro en 1917 en Praga, que ganó situándose por delante de Mitovsky y Kautsky.

Por último, volvió a participar en un torneo de club en 1922 en Praga, donde ocupó uno de los puestos intermedios de la clasificación.

Algunas partidas jugadas y anotadas por Kafka han sobrevivido y se encontraron en una propiedad de la familia. Más tarde fueron depositadas junto con su archivo personal en un banco suizo, por razones de seguridad. Dejó escritas para la posterioridad sus ideas desarrolladas durante las partidas, y algunas caricaturas de sus adversarios de ajedrez.

En 1961 estas anotaciones fueron trasladas, con el permiso de sus herederos, a la Biblioteca Bodleian de Oxford. Más tarde fueron descubiertas por un aficionado de ajedrez y publicadas en un artículo, pero gozaron escasa atención.

En contraste con Marcel Duchamp, quien tomó el ajedrez en serio y con triunfos reconocidos, Kafka sólo fue un jugador potente de club.

Como Franz Kafka expresó, el ajedrez fue para él nada más que una diversión en determinados momentos, y un alivio de sus preocupaciones diarias.

Sus partidas, sin embargo, demuestran una profundidad estratégica e individualidad, pero le faltaba un "cierto resplandor".

Ahora bien, tampoco podemos exigir unos fuegos artificiales "llenos de combinación" de un escritor que sufría depresión y se vio afectado posteriormente por la incurable tuberculosis.

El juego de ajedrez significó una forma de actividad a la cual se entregaba de vez en cuando y nos enseña que le gustaba entrar en esa tranquilidad, en la cual se encontraba de manera temporal todavía mentalmente fresco y creativo, dicen sus biógrafos.

De su romance con Melina, una mujer casada, en una correspondencia epistolar hace referencia al noble juego, comparándose con algo más bajo que la pieza más débil del ajedrez, el peón.

[…] yo, que en el gran juego de ajedrez no soy ni siquiera
el peón de un peón, lejos de eso, pretendo ahora, sin embargo, contra
todas las reglas y para confusión de todo el juego, ocupar la silla
de la reina; yo, el peón de los peones, o sea una pieza que ni
siquiera existe, que por lo tanto no juega con los demás.

Sin Embargo hay quien se pregunta si Kafka jugaba ajedrez. Y citan como referencia uno de sus diarios de viaje. El 16 de julio de 1912, mientras descansaba en el Instituto Naturista de Rudolf Just, en Jungborn, escribe entre paréntesis: “Me molestan cuando escribo unos ajedrecistas que están descansando y no paran de hablar”.

Como se indica líneas arriba, atrae la participación en las simultáneas que Capablanca jugó en Praga los días 10 y 11 de octubre de 1911. El genial juego del cubano causaba expectación en el mundillo de los escaques en cualquier parte donde se presentaba.

LA PARTIDA

J.R. Capablanca – F. Kafka

1.e4 c5 2.Cf3 Cf6 3.e5 Cd5 4.Cc3 Cxc3 5.dxc3 Ag4 6.Af4 Ag4 7.h3 Ah5 8.e6 Buena jugada fx36 9.Ab5+ Cc6 10.g4 Ag6 11.Ce5 Db6 12.De2 Af7 13.0-0-0 Ag8 14.The1 0-0-0 15.Axe6 bxe6 16.c4 h6? 17.Cg6 Th7 18.Td3 Af7 19.Tb3 Da6 20.Tb8+ Rd7 21.De5 Txb8 22.Dc7+ Re8 23.Dxb8+ Rd7 24Cf8 Mate.

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