martes. 23.04.2024
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La sombra de Poe, de Matthew Pearl

Jaime Panqueva

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La sombra de Poe, de Matthew Pearl

Día de elecciones, el alcohol fluye a torrentes en el colegio electoral del Distrito Cuatro, los cazadores de votos buscan hombres dispuestos a embriagarse y dejarse conducir para emitir su sufragio en la mayor cantidad de casillas posible. Saben que esto va contra las reglas electorales pero, al igual que el Partido Verde Mexicano más de ciento cincuenta años después, esto les tiene sin cuidado.

Procedente de Richmond y con la idea de llegar a Nueva York, un caballero sucumbe ante las obsequiosas ofertas de alcohol. Un grave error; sus médicos le han sentenciado no hace mucho que una recaída en su adicción podría ser la última.

Es el 3 de octubre de 1849, Edgar Allan Poe apura una buena dosis de whiskey, o quizás absenta, tal vez le brindaron láudano, en realidad, nadie lo sabe con exactitud, pues a partir de entonces perdería tanto la memoria como la razón.

Claro que la anterior es sólo una de las teorías que se hilvanan acerca de su muerte, la más plausible para muchos, pues el cochero que lo llevó al Washington College Hospital donde moriría cuatro días más tarde, lo recogió por los alrededores del Ryan’s Tavern, donde se reunían los whigs del Distrito Cuatro a preparar el cooping a realizar aquella jornada.

Otros hablan de asalto, linchamiento, rabia (la enfermedad), envenenamiento por metales pesados o asesinato premeditado.

Matthew Pearl, autor también de El club Dante y El último Dickens, aprovecha los vacíos y misterios de la muerte de uno de los grandes cuentistas del siglo XIX para crear una novela policiaca que, de paso, aprovecha para encarnar al famoso investigador Auguste Dupin. Bueno, en realidad son dos, aunque uno de ellos es un impostor. ¿Qué mejor lectura para la jornada electorera de este fin de semana que nos amenaza con envenenamiento por políticos ultrapesados (y corruptos), rabia (el sentimiento), linchamiento de consejos electorales, cooping mediático y asalto a la buena fe de los electores? Parafraseando las últimas palabras del gran maestro: Lord, help our poor souls...

La narración de Pearl fluye muy precisa, aunque a veces se empantana por imitar el estilo narrativo de la época y cae en un ligero letargo muy equiparable al de El Golem, cuando su protagonista es encarcelado. Sin embargo, está muy bien documentada y ambientada en una Baltimore lúgubre como en los mejores relatos del gran Edgar Allan. Si desean descargar las primeras páginas, están disponibles en:

http://www.alfaguara.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/201212/primeras-paginas-sombra-poe.pdf

Si no desean salir a anular su voto este domingo, pueden quedarse a leer en casa, hay muchas buenas opciones. Total, para los candidatos que hay, por fortuna votar no es obligatorio. Además, hay Ley Seca, se extrañan los viejos tiempos, ¿no? :(

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