El último héroe del ‘Maracanazo’
Pablo E. Montes Palomares
Ghigia marcando el segundo gol frente a Brasil en 1950
Cuando llegó el gol de Ghiggia estalló el silencio en el Maracaná, el más estrepitoso silencio de la historia del fútbol.
Eduardo Galeano
Todo el Uruguay estaba vibrando y salimos como locos por las calles. Nunca vi tanta explosión y alegría resumida en la sociedad uruguaya; tal vez cuando se fue la dictadura, pero nunca vi tanta alegría resumida en un pueblo.
Pepe Mujica
En la historia de los mundiales hay muchas cosas por recordar y qué recordar, pedazos de historia se van acoplando como piezas de rompecabezas y van formando la memoria de la Copa del Mundo. Relatos en los que aficionados coinciden y discrepan entre cual fue el mejor partido, quien el jugador más destacado o donde se dio la más grande hazaña. Puede que sean dos los momentos históricamente más recurridos de los mundiales. El más reciente acontecimiento se dio en México 1986, el 22 de junio en el Estadio Azteca, cuando Maradona marcó dos de los goles más afamados, la llamada “mano de Dios” y el gol más hermoso de lo mundiales.
Ese tipo de acontecimientos son tan admirados que a todos los que nos gusta el futbol nos prendan de inmediato, aunque no los hayamos visto en su momento, hablamos de ellos como si hubiéramos estado en las gradas del estadio y gritado el gol hasta quedar afónicos. Otra de esas historias que todo amante del futbol se jacta de saber de memoria es la del “Maracanazo”, todo el entorno generado para la final de la Copa Mundial de 1950, antojaba un triunfo para los anfitriones Brasil, pero la selección charrúa arruinaría la fiesta carioca y así se convertirían en uno de los equipos más recordados.
El partido se desarrolló en 16 de julio de 1950, Brasil llegaba con la responsabilidad de obtener por lo menos un empate para llevarse la Copa, el estadio Maracaná estaba recién inaugurado y los festejos ya estaban preparados para el “campeón”, enlas afueras del inmueble se leían pancartas con la leyenda: Homenaje a los Campeones del Mundo. Las autoridades brasileñas no contaban con que el equipo charrúa les iba a echar a perder la fiesta, se dice que los principales diarios brasileños ya tenían su primera plana impresa aun antes del partido: “O Brasil vencerá - A Copa será nossa" o "Brasil Campeão Mundial de Futebol 1950".
Terminados los primeros 45 minutos, ambos equipos se retiran a los vestuarios con un vetusto cero a cero, el resultado no mermaba el ánimo de la afición quienes se sentían ya campeones. Apenas iniciado el segundo tiempo los brasileños consiguen el gol para adelantan el marcador, la euforia estalla en Maracaná y el capitán uruguayo acude con el árbitro a reclamar un fuera de juego inexistente. Las acciones se reanudan, en el minuto 21, Alcides Ghiggia habilita con un pase a Alberto Schiaffino quien logra el empate, los brasileños responden con varios contraataques y disparos puerta, pero ninguno surte efecto.
Aun así el empate los haría campeones, pero los uruguayos tenían otros planes. Hacia el minuto 34 Obdulio Varela pasa el balón hacia Ghiggia quien hace un movimiento de pared con Julio Perez, Alcides queda habilitado en una jugada muy similar a la del primer gol charrúa, el portero brasileño Moacir Barbosa, intuye se repetirá el movimiento, pero Ghiggia de manera inteligente patea el balón a puerta ante el descuido del guardameta. El estadio enmudeció.
El marcador se encontraba 1-2, de manera desesperada los brasileños se abalanzaban al área rival para conseguir el empate que los haría campeones. Peligrosamente se acercaba el término del partido, el árbitro inglés George Reader martilló el último clavo del ataúd cuando silbo el final del partido. Un Maracaná abismalmente callado se comenzó a vaciar, largas filas de caras largas y lacrimosas abandonaban el recinto aun con incredulidad de lo que habían presenciado. Jules Rimet, presidente de FIFA en aquel entonces, confeso tiempo después que solo había preparado un discurso para la ocasión y solo hacía referencia a Brasil como campeón.
Alcides Ghiggia, pasó a la historia como uno de los personajes uruguayos más destacados, no sólo en el ámbito futbolístico, el nacido en 1927 además de jugar para la selección uruguaya lo hizo también para Italia al contar con la doble nacionalidad. Su carrera en cuanto a clubes se reparte también entre el país charrúa y el de la bota. Institución Atlética Sud América, Peñarol, Roma, Milán y Danubio fueron sus clubes, se retiró a los 41 años. Después del gol que le marcó a Brasil en 1950 su vida ya no fue la misma, tuvo que cargar en sus hombros la responsabilidad del héroe, profesar con el ejemplo cada una de sus acciones de vida, ya que desde ese momento sería el parámetro para todo futbolista.
Así, la hazaña de Uruguay y de Ghiggia ya figura lejana en el tiempo, más sin embargo todos los amantes del futbol nos hemos apropiado de ella y la platicamos como testigos vivos del acontecimiento. El futbol después de ese día no volvió a ser el mismo, Brasil se obsesiono con la Copa del Mundo, misma que a la fecha ya han conseguido en 5 ocasiones, pero nunca han olvidado la afrenta de Ghiggia, nunca nada será suficiente para perdonarlo.
Alcides alguna vez declaró: “Solo tres personas hemos silenciado el Maracaná, el papa, Frank Sinatra y yo”, pero hoy Ghiggia ha silenciado a todo el mundo del futbol. De manera extraña esperó a que cada uno de los compañeros con los que obtuvo el campeonato mundial partieran de este mundo, y no conforme con eso eligió la fecha exacta en la que se cumplen 65 años de aquella hazaña para unírseles. La oncena uruguaya de 1950 ya está completa allá en donde quiera que estén. A los 88 años, el pasado 16 de julio, Alcides Edgardo “Ñato” Ghiggia abandonó el plano terrenal, pero su leyenda quedara viva por siempre, toda vez que un “hincha” lo recuerde y cuente su historia como si hubiera sido testigo del “Maracanazo”.
Fuentes:
http://es.fifa.com/world-match-centre/news/newsid/127/491/8/index.html
http://www.historiadelmundial.com/2010/01/maracanazo.html
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