Si algo tiene la carretera virtual es que la información corre más rápido. Y fue en un boliche argentino virtual que comencé a ver el trabajo de Furgoner. Los dibujos eran, en apariencia, caóticos y sin sentido. Como si un niño los hubiera realizado. Sin embargo, tienen una característica: pueden expresar muchas emociones con pocas líneas y colores.

Furgo tiene muy claro que nos quiere decir: un día a día, una cotidianidad plagada de emociones que nos llevan más allá de la chata sensiblería. Su discurso está lleno de referencias a la música (el rock en especial), a una cultura pop y chatarra diversa. Pero siempre logra hacer con eso algo nuevo, darle giros inesperados. No se necesita tener grandes conocimientos para entender a primera vista sus imágenes; mas, si los tienes, los dibujos son muy parecidos a aquel truco de magia donde el mago saca de boca metros y metros de pañuelos de seda. Cómo diría Guille, el hermano de Mafalda, después de rayar varias paredes de su casa, mientras observa la punta de uno de esos lápices: “Cuántas cosas tienen dentro estas cosas…”

Suelo recordar eso cada día que veo el cartón de Furgo.

Este artista tiene corazón punk y un espíritu adolescente que los años no acaban.