Yo le tengo miedo a
Que llegue alguien se transforme en mi madre y me asfixie
Que llegue algo y se convierta en mi padre y me desgarre

Y para evitarlo me empapo el falo con la sangre de mis desilusiones
Cierro los ojos tan fuerte como puedo luego ladro para que el sabor de mis muslos les amargue fuerte en el paladar

A mí la madre me amenazó con mandarme al frente
Yo veía como todos los hombres se formaban como enormes almendros con sus botas hechas con animales y cáncer
Y supe que mi futuro era la distancia hasta esos hombres que vuelven del río con las ropas en las manos y el cabello empapado y la piel blanca.
Los hombres que después se plantan se hacen almendros y mueren

Yo no le tengo miedo a la muerte sino al pasado con su sábana que era blanca
Yo no le temo al dolor sino al hueco
Le temo a la raíz y me asusta el olor de los ángeles.