Las pasiones más profundas son las surgidas desde una efusión que nace y crece en los primeros años de la infancia.

La primera vez que conocí a Gerardo fue a los escasos meses de que inauguré Cine de Arte (Abril/2004). Sabía que había un cineclub de la Casa de la Cultura por parte del ICL (Instituto Cultural de León), pero el cine en la ciudad “dónde la vida no vale nada” se encontraba en un estado embrionario, en pañales. Gerardo se presentó cómo el encargado de aquel cineclub, tenía poco de haber tomado las riendas y fue claro en sus gustos por sus géneros predilectos: el terror y las luchas.

La impresión que tuve sobre Gerardo desde nuestra primera charla es simple: Mares estaba hecho de otra pasta, era un privilegiado hombre que aún conservaba al niño capaz de distinguir un sueño de una hazaña o el dolor de una tragedia. Gerardo Mares era uno de esos hombres locos, en la más pura y limpia acepción de la palabra.

Las visitas de Gerardo Mares a Cine de Arte se volvieron cotidianas, había surgido una amistad por una pasión en común: el cine. Cine de Arte se fue posicionando, nuestro catálogo se fue extendiendo, teníamos separadas las películas por categorías y países, posteriormente por autores. Cuando Gerardo vio el apartado de David Cronenberg, saltó igual que un gnomo sobre su mina; Mares se refería al director canadiense como si se tratase de Gilgamesh, Prometeo o Quetzalcóatl.

No sólo las visitas de Gerardo se hacían con mayor frecuencia. Sus alumnos también nos comenzaron a visitar, y poco a poco Cine de Arte se convirtió en una parada obligada, en gran medida gracias a Gerardo, que apoyaba todas las propuestas sobre su mayor pasión. Me atrevo a decir que Cine de Arte continúa siendo un sustantivo real gracias a Gerardo.

Al poco tiempo, Gerardo me invitó a armar una muestra mensual con tema libre, con las películas que se me antojara degustar en una sala de cine, y que impartiera una charla a los presentes; el tema fue Buñuel, mi director favorito. La muestra fue un éxito; en todas las películas expuestas había un lleno total. Motivo por el cual fui invitado cotidianamente. Abordamos diversos directores y temas en las muestras, incluido el futbol (me dio la libertad de unir mis dos pasiones en su cineclub: el cine y el futbol).

Gerardo necesitaba del cine, como el cine en León necesita de él. Quienes lo conocimos sabemos que ese hueco quedará a perpetuidad. Ni modo, Dios también necesita quién le recomiende películas y, nada tonto…. se llevó al mejor.

¡Gracias, Gerardo, muchas, muchísimas gracias!

(Nota del editor: Cine de Arte es un espacio dirigido por Carlos Mares en León, Guanajuato, donde el espectador puede adquirir un amplio catálogo de películas en formato dvd.)

Rafael Andrade, Miguel Gutierrez, Carlos Márquez y Gerardo Mares.