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GUÍA DE LECTURA

Cartas desde la Tierra, de Mark Twain

Jaime Panqueva

Cartas desde la Tierra, de Mark Twain


Hace ya unos buenos años, Dean Hamer, médico e investigador en el campo de la genética, publicó los resultados de sus estudios alrededor de una proteína llamada VMAT2, codificada por el gen SLC18A2. Según Hamer, quienes poseyeran dicho gen y procesaran cantidades importantes de la proteína, tenderían menos a la depresión y ansiedad, además de ser más optimistas que quienes carecieran de ella, y por ende, según su razonamiento, serían más susceptibles a creer en la trascendencia humana y desarrollar fe en alguna religión. Los periodistas, con su consabido ingenio, no tardaron en llamarlo el gen de Dios, y dieron inicio a una discusión que todavía no termina de zanjarse: ¿estamos programados genéticamente para la fe o para creer en algo más allá de nuestra existencia terrena?

La recomendación de esta semana se desliza hacia el otro costado, aquel de los descreídos y críticos. Me refiero a Samuel Langhorn Clemens, más conocido por todos como Mark Twain. Cronista del Mississippi, padre de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, autor también de El príncipe y el mendigo, y Un yanqui en la corte del rey Arturo, Twain fue un fiel creyente en la ciencia y la tecnología, al grado de invertir toda su fortuna en inventos revolucionarios que a la postre lo llevaron a la bancarrota, de la cual se libró gracias al valor de su obra y a los consejos de su amigo Henry Rogers.

Si bien parecía que su gen SLC18A2 funcionaba correctamente, y lo empleó de joven al pertenecer a la iglesia bautista, sus experiencias posteriores y el deslumbramiento por el progreso lo transformaron en un crítico mordaz del cristianismo. Ediciones Colofón editó hace un par de años en un solo ejemplar sus textos Diario de Adán y Eva, Reflexiones contra la religión y Cartas desde la Tierra. Este último escrito fue dictado por Twain en los últimos años de su vida, pero estuvo archivado durante más de cincuenta años por Clara Clemens, su hija y heredera de su obra, y sólo pudo publicarse en 1962, cuando sus comentarios no desentonaban tanto con la moral de la época.

Cartas desde la Tierra narra a través de la boca de Satanás, exiliado en nuestro planeta, el comportamiento del extraño experimento llamado hombre, y fustiga las incongruencias de la religión judeocristiana. Diario de Adán y Eva es un divertido contraste de opiniones entre los dos primeros seres que habitaron el mundo, y su hilarante forma de relacionarse con Dios y su entorno. A quienes interese dar una primera mordida a la manzana junto a la pareja del Edén, les dejo este link donde pueden poner a prueba sus proteínas y genes.

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