viernes. 19.04.2024
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Cine fuera de las salas en el 2015

Fernando Cuevas

Cine fuera de las salas en el 2015

En la anterior entrega se daba cuenta de las películas y festivales que habitaron en la cartelera de nuestra ciudad; ahora, como un complemento necesario dada la amplitud de posibilidades con las que contamos hoy en día para ver filmes diversos, se propone un breve recuento de algunas cintas que pudimos disfrutar vía otros medios. Obras notables que desgraciadamente no alcanzan un lugar en la cartelera, merecedoras de mayor difusión, pero por fortuna ya están al alcance de la mano.

  • Gebo y la sombra, El extraño caso de Angélica y Excentricidades de una joven rubia, Manoel de Oliveira: recién se editaron en video para México estas tres obras del 2012, 2010 y 2009 respectivamente, dirigidas por el venerable director portugués, fallecido en el 2015 después de 106 años de vida y 84 dedicados con maestría y sensibilidad al mundo del cine.
  • Ida, Pawel Pawlikowski: un contrastante recorrido por su pasado antes de tomar la decisión para asumir los votos religiosos; en profundo blanco y negro y fotografía tan austera como bella, la novicia visita un mundo presente y otro que ya se fue, pero que mantiene su influencia.
  • Ex-Máquina, Alex Garland: la humanidad de un robot  y la fusión de la persona con la tecnología atrapadas en una casa-laboratorio de aséptico misterio, fríamente fotografiada con todo y una serie de vínculos que surgen entre el genio, el aprendiz y las robots, en plan “Más que humano”.
  • Vicio propio, P. T. Anderson: el universo hippie de inicio de los setenta descrito por el maestro Pynchon, se traslada a la pantalla por uno de los principales realizadores estadounidenses; un viaje en todos sentidos, con un guía detectivesco siempre extraviado pero atento para estar en el lugar y momento equivocados.
  • Historias de caballos y de hombres, Benedikt Erlingsson: un pequeño poblado en la cabeza del mundo, donde equinos y humanos se parecen más de lo imaginado, tanto en su instinto de sobrevivencia como de flirteo; paisajes agrestes donde crecen sentimientos de alcance naturista.
  • Adiós al lenguaje, Jean-Luc Godard: más de cincuenta años revirtiendo y transformando las premisas visuales y sonoras del cine, el genio francés vuelve a despedir la tradición con un collage absorbente, puesto para que cada quien construya sus propios significados.
  • Un toque de pecado, Jia Zhang-Ke: tríptico de historias en las que los individuos se enfrentan desde los márgenes de la legalidad a las fuertes limitaciones impuestas en un país de amplitud imposible y de contrastes permanentes. Retrato radiográfico de una sociedad en transformación.
  • Fuerza mayor, Ruben Östlund: unas vacaciones familiares en un centro de esquí pueden convertirse en una desgracia cuando se presenta una avalancha, pero el verdadero cisma vendrá después por las conductas asumidas frente a la angustia; inquietantemente reflexiva.
  • Sólo los amantes sobreviven, Jim Jarmusch: no hay romanticismo heroico ni sensualidad a flor de piel, sino decadencia y nostalgia que sólo puede vencerse con sublimación artística y alguna sesión sanguínea; adolescencias, esperanzas y decepciones que habitan para siempre en la oscura Detroit.
  • Mr. Turner, Mike Leigh: paisajes, tormentas e incendios escapándose del lienzo con una estética que profundiza en la percepción y el color, gracias al pincel de un hombre huraño, contradictorio y cargado de relaciones conflictivas. Biopic dimensionado de composición precisa.
  • El juicio de Viviane Amsalem, Ronit y Shlomi Elkabetz: la lucha asfixiante y claustrofóbica de una mujer para conseguir el divorcio en un sistema legal que privilegia al hombre; con un desarrollo laberíntico en el que parece no haber resolución, seres humanos atrapados en estructuras que lo invaden todo.
  • Tom en el granero, Xavier Dolan: ante la muerte de su pareja, un joven viaja a la granja de la familia para el funeral; el encuentro con la madre y el hermano detona una extraña diversidad de sentimientos, entre maizales y zonas grises que aguardan para ser recorridos a toda prisa.
  • Lejos del mundanal ruido, Thomas Vinterberg: la clásica historia de Thomas Hardy con un cuadrángulo amoroso en medio de las convenciones victorianas es recreado con maestría por el director danés, colocando el ojo en corazones y escenografías, al fin íntimamente relacionados.
  • La leyenda de la princesa Kaguya, Isao Takahata: un poético pincel de trazos sencillos para plasmar una historia ancestral en tonalidades calmas y atmósferas mágicas; la tierra puede ser un buen lugar para nacer, crecer y querer, sin dejar de mirar hacia la luna y atreverse a volver a donde la felicidad estaba en la sencillez.
  • Beasts of No Nation, Cary Joji Fukunaga: gran logro de Netflix que recrea la historia de un niño soldado peleando en alguna guerra civil africana; ficción terriblemente real con notable producción, que fortalece la dolorosa propuesta argumental de una infancia fracturada.
  • La piel de venus, Roman Polanski: el maestro polaco se basa en una obra de David Ives para confrontar a dos personajes en un teatro vacío, cual espacio cerrado que impide cualquier posible escapatoria; un director y una aspirante a actriz en plena lucha de poder.
  • Los canallas, Claire Denis: la gran directora francesa recurre al thriller cargado de matices, en el que los personajes no terminan de mostrar todas sus cartas y las intenciones parecen irse modificando de acuerdo con las circunstancias; claroscuros en los que crece la ambigüedad.
  • El amor es extraño, Ira Sachs: notables actuaciones en una historia que explora el otoño de una pareja gay y sus circunstancias; la decisión de contraer matrimonio coincide con la aparición de dificultades como la pérdida de la casa, y el trabajo implicará mantener el vínculo en la separación física y por momentos anímica.
  • Mi vida es un rompecabezas, Cédric Klapisch: un escritor francés necesitado de inspiración tiene que viajar a Nueva York para seguir a su ahora exmujer y su hijo; novedades y sorpresas del pasado se irán convirtiendo en una trama ideal para llevarla al papel y juntar todas las piezas.
  • Güeros, de Alonso Ruizpalacios: en clave de road movie con misión incluida, en la que unos jóvenes buscan a un músico que hizo llorar a Bob Dylan; como telón de fondo, la huelga de la UNAM y un retrato con dosis de humor de la juventud en estado permanente de espera.
  • Lo mismo pero diferente, Buck: un amor marcado por las diferencias raciales y geográficas que busca mantenerse en la distancia, aun con los tropiezos y las ausencias propias de quienes parecen estar destinados a sobrevivir hombro con hombro.
  • Juego de seducción, Pen-Ek Ratanaruang: relato intrigante y fantasmal con un hotel de fondo y una pareja que asiste a un velorio; una joven se integra, mientras que la infidelidad pasada y futura recorre los pasillos y la ruptura acecha sin explicitarse del todo.
  • Mi vida ahora, Kevin McDonald: fotografía intensa para capturar un romance adolescente entre primos justo cuando estalla una guerra de la que no se sabe mucho; en un mundo de adultos ausentes, un halcón simbólico emprende el vuelo y la protagonista se reconvierte frente a la adversidad.
  • Primicia mortal, Dan Gilroy: la nota roja como jugoso negocio, justo cuando la moral se cancela en aras de la noticia que venda, no que informe; buitres en espera de un poco de carroña para disputarse las ganancias, en ambientes lúgubres siempre protegidos de la luz.
  • Más allá de las colinas, Cristian Mungiu: una amistad puesta a prueba por diferencia de vocaciones entre dos jóvenes en un remoto monasterio; extraños padecimientos que en la severa comunidad se asumen como posesión, al tiempo que la cámara aguarda con paciencia la resolución.
  • Meteora, Spiros Stathoulopoulos: planos prolongados y bellas estampas de las imponentes estructuras rocosas griegas donde se insertan dos conventos; un romance prohibido entre una joven religiosa y un monje que crece paulatinamente con indicativas y simbólicas secuencias animadas.

 

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