Es lo Cotidiano

GUÍA DE LECTURA

Méjico, de Antonio Ortuño

Jaime Panqueva

Méjico, de Antonio Ortuño

Cuando empecé a conocer mexicanos en Europa, particularmente en España, recuerdo que una de las cosas que más les molestaban, además del ninguneo de los nativos y el calimocho, consistía en ver el nombre de su país escrito con jota. Algo similar nos pasa a los colombianos cuando encontramos el nombre del nuestro con una incómoda "u" reemplazando alguna de las "o", así que solidariamente asumí esa cruzada de la ortografía como propia.

A partir de este detalle, Antonio Ortuño inicia desde el título la provocación a los lectores, trastocando el nombre mismo de la tierra que lo parió pero que, parafraseando a José Antonio Banda, "no le dio a beber de su dulcísimo néctar". Su novela Méjico (Océano, 2015) embiste contra algunos conceptos retorcidos de patria de las generaciones actuales y, a través de una saga originada por la  diáspora republicana de la Guerra Civil Española (en palabras de otro amigo, Rafael Estrada Michel, la única guerra que ha ganado México), ejemplifica la constante y tensa relación de nuestro país con sus inmigrantes. Aquí no hay edulcoramiento ni compasión que valga. Los trasterrados y su sobrecogedor periplo plagado de persecuciones culminan en actos sangrientos que se heredan a las siguientes generaciones, bajo la extraña y grotesca premisa de que la sangre en las manos de los padres generará, de forma indefectible, un futuro asesinato por parte de los hijos.

Ortuño no se ahorra palabras peyorativas para condenar los chauvinismos mexicanos, ni para describir con crudeza y precisión envidiables los devenires y pendencias de los trasterrados en su tierra y el regreso de los hijos a la peninísula. En lo personal, me agradaron los homenajes a las novelas perdidas de Rulfo e Ibargüengoitia, así como el mosaico creíble y bien estructurado de castellanos nacionales: el español, el mexicano y el colombiano.

Las primeras páginas pueden leerse en este link.

A quienes no hayan leído al autor zapopano les recomiendo comenzar por esta novela, que a pesar de su despiadada prosa, posee una paleta más amplia de registros que sus trabajos anteriores. 

Comentarios a mi correo: [email protected]

 

 

 

[Volver a la portada de Tachas 138]